El muralista Martín Ron concluyó la pintura de Manuel Belgrano en el Monumento Nacional a la Bandera, en Rosario, una intervención que propone una mirada renovada sobre el prócer, con un enfoque visual actual y un tratamiento hiperrealista. La obra fue presentada durante los actos del 20 de junio y rápidamente se convirtió en un punto de atracción para vecinos y turistas.
“Estoy muy contento porque logré el objetivo”, expresó Ron. La obra parte del retrato atribuido al artista francés François Carbonnier, conservado en el Museo Nacional de Bellas Artes, y desde allí plantea una versión más viva, digitalmente reinterpretada y llevada a gran escala sobre pared.
La pintura tiene 25 metros de alto por 20 de ancho y se extiende sobre una de las paredes del Pasaje Juramento, con vista directa al río Paraná. “Más allá del tamaño, lo importante es el sitio y lo que representa. Hacerlo para celebrar los 300 años de la ciudad es muy especial”, destacó el artista.
Aunque advirtió que aún le restan “dos o tres detallecitos”, subrayó que el principal reto fue alcanzar el parecido con el rostro de Belgrano en un formato tan grande, manteniendo fidelidad sin idealización. “El arte popular tiene que ver con eso: que el prócer salga del museo, que inspire a los chicos que vienen a jurar la bandera, y que se valore el trabajo artesanal, porque esto podría haber sido una gigantografía”, remarcó.
Además, se proyecta la instalación de un nuevo sistema de luces en el pasaje, pensado para resaltar tanto el mural como las estatuas cercanas, y convertir el sitio en un paseo visual dedicado a Belgrano y la bandera.
Con presencia en muros de más de 15 países, Martín Ron suma en Rosario una obra que fusiona arte urbano y memoria histórica, dejando —como él mismo define— un Belgrano más cercano, más humano y más presente.
