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Bárbara San Miguel: “Esto fue un sueño colectivo, hecho a pulmón”

El equipo juvenil de Regatas se consagró campeón del Nacional B y consiguió el ascenso en ambas ramas. Detrás del título, la conducción de Bárbara San Miguel y una historia hecha de esfuerzo y pasión.

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El handball nicoleño vive uno de sus momentos más gloriosos. En Comodoro Rivadavia, el Club de Regatas escribió una página inolvidable al consagrarse campeón del Nacional Juvenil B masculino y lograr, además, el ascenso en ambas ramas. Una gesta deportiva que lleva la firma de Bárbara San Miguel, la entrenadora del equipo de hombres quien, junto a su cuerpo técnico, guió a un grupo de pibes hacia la cima del país. La profe le contó todo a Golazo, en una nota con gusto a épica.

Con más de veinte años ligados al handball, San Miguel respira balonmano desde siempre. “Empecé como jugadora en 1997 y a los 17 ya estaba ayudando en las categorías de base. Luego fui árbitro, dirigente, profe… una vida entera ligada a este deporte”, cuenta. Su llegada al Náutico se dio en 2020, de la mano de Yamil Nader, con quien coincidió en la visión de apostar al desarrollo integral del deporte en la ciudad.

El viaje a Comodoro Rivadavia fue una verdadera odisea. Todo se hizo a pulmón, como tantas historias que se escriben lejos del profesionalismo. “Gracias a los papás que movieron cielo y tierra para que los chicos pudieran viajar. Hubo rifas, cantinas, sponsors que se sumaron y un esfuerzo enorme de todos”, destaca. Los jugadores debieron afrontar costos altísimos —unos 800 mil pesos por deportista—, pero el compromiso del grupo y la pasión por representar a Regatas y a San Nicolás pudieron más que cualquier obstáculo.

El torneo fue de altísimo nivel. Los de la Ribera se mantuvieron invictos, superando a potencias como Muñiz y Palazzo de Chubut, en una final para el infarto que se definió en suplementario por 33 a 28. “Fue una final soñada. Emoción, orgullo, lágrimas. Es el cierre de un proceso de cuatro años de laburo intenso, de planificación y esfuerzo”, expresa Bárbara, que no oculta la felicidad por haber llevado al club a lo más alto del país.

El ascenso no fue casualidad. Detrás hubo método, compromiso y una idea clara de trabajo. “La clave fue la actitud y el juego colectivo. Acá nadie se salva solo. Entendimos que esto es un deporte de equipo y que el éxito se construye entre todos”, reflexiona. Su estilo de conducción combina exigencia con empatía. “Apelo mucho al diálogo, a saber cómo están los chicos, qué sienten. Las finales se juegan con el corazón, pero también con la cabeza. Y ellos cumplieron con el plan a la perfección”.

A la hora de hablar del cuerpo técnico, la profe no duda en resaltar el trabajo de Victoria Ferrari, Azul Marchilli y del grupo que acompañó cada paso del equipo. “Fue fundamental. Tener dos cabezas que piensan lo mismo facilita mucho. Azul, Sebastián y Valentino están dando sus primeros pasos y su aporte es enorme”, cuenta con emoción.

En paralelo, el handball femenino del club también hizo historia: llegó a semifinales y consiguió su propio ascenso. Dos logros en un mismo viaje, algo inédito para la institución. “Fue un viaje soñado. Ver a los chicos y chicas acompañarse, convivir con respeto y alegría, fue maravilloso. Esto marca un antes y un después”, destaca la líder.

El desafío ahora será sostener el nivel y competir en la élite. “Llegar es difícil, mantenerse aún más. Pero tenemos plantel y ganas. Vamos a seguir laburando con humildad, apostando a la base y al crecimiento de nuestros jugadores”, afirma.

Sin embargo, la DT también deja un mensaje claro sobre las dificultades que atraviesa el deporte local. “A San Nicolás le falta más apoyo institucional y empresarial. El handball crece, pero todo se hace a pulmón. Necesitamos un espacio propio dentro del club y más infraestructura para seguir formando jugadores”, advierte.

Y cierra con una reflexión que resume su filosofía: “Que los chicos disfruten, que aprendan, que entiendan que los sueños se cumplen con trabajo, paciencia y respeto. El handball no es solo un deporte, es una forma de vida”.

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