
Sergio Palmieri tiene 46 años, es obrero metalúrgico y vive en Rojas, en el norte bonaerense. Su vida cambió por completo tras un accidente doméstico al intentar mantener el fuego de una estufa que le provocó graves quemaduras en gran parte del cuerpo. Lo que comenzó como un episodio menor terminó convirtiéndose en una larga batalla por sobrevivir.
El trabajador, afiliado a IOMA, fue atendido inicialmente en el hospital de su ciudad, pero ante la complejidad del cuadro fue derivado a Junín, donde los médicos confirmaron la gravedad de las lesiones. Es por ello que se dispuso su traslado al Hospital Privado SADIV de San Pedro, un centro especializado en quemados y rehabilitación intensiva. Allí permaneció más de 60 días internado —40 de ellos en Terapia Intensiva—. “Me hacían transfusiones todo el tiempo, el dolor era a veces insoportable”, recordó.
A pesar del impacto físico y emocional, Palmieri dice haber enfrentado todo “con mucha fe y esperanza”, convencido de que “Dios marcaba cada paso”.
Durante la internación, su esposa Jésica Arce, policía bonaerense, tuvo que mudarse a San Pedro para acompañarlo. Dejó su rutina en Rojas, alquiló una vivienda y encontró en la comunidad local un inesperado apoyo. “Las compañeras de la Policía de San Pedro me ayudaron muchísimo. Fue una etapa muy difícil”, contó.
En su ciudad, familiares y vecinos organizaron una rifa solidaria para colaborar con los gastos. “Me emocionó ver gente que no me conocía poniendo plata por mí. Fue impresionante”, dijo Sergio, aún sorprendido por la magnitud del gesto.
Más de 20 cirugías y una lección de vida
Palmieri atravesó más de veinte intervenciones quirúrgicas reconstructivas y una larga recuperación. “Todavía no sanaron todas las heridas, pero estoy haciendo kinesiología y tratando de volver a mi vida normal”, explicó.
Aunque su rutina hoy está lejos de la fábrica donde trabajaba, su mirada sobre la vida cambió. “Aprendí a no preocuparme por cosas chicas. La vida te puede cambiar en un segundo”, reflexionó.
Un agradecimiento que resume una historia
A la hora de repasar lo vivido, Sergio no duda en destacar la atención que recibió durante su internación: “El hospital se portó excelente con nosotros. Me salvaron la vida, literalmente”.
También mencionó de manera especial a la cirujana Carla Bustamante: “Para mí fue un ángel, en todo momento estuvo conmigo y fue quien me salvó la vida. En ella me gustaría abarcarlo a todos y abrazarlos a todos, la verdad que el plantel de médicos y de profesionales es excelente”.
Hoy, desde su casa y con internación domiciliaria, Palmieri continúa rehabilitándose junto a su familia. Sueña con volver al trabajo y con retomar una vida normal. “Mi meta es recuperar mi rutina, pero lo más importante es que sigo acá, con ganas y con fe”, cerró.
Fuente: Con información de La Noticia