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Un hogar de tránsito en el barrio Matadero rescata y recupera perros en situación de calle

Mientras avanza con recursos limitados y apoyo vecinal, Fanny Mendiguren sostiene que el propósito es claro: darle a cada perro la posibilidad de recuperarse, recibir afecto y encontrar un hogar definitivo

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En el barrio Matadero de San Nicolás, Fanny Mendiguren impulsa un proyecto solidario dedicado al rescate, recuperación y adopción de perros abandonados. El espacio, ubicado en Reynoso 1094, funciona como un hogar de tránsito, no como un refugio permanente. Su objetivo —según explicó la impulsora— es brindar atención veterinaria y cuidados temporales a los animales hasta que puedan ser adoptados por nuevas familias.

Actualmente, Mendiguren mantiene tres perros en el hogar de tránsito y otros dieciocho en su propia vivienda, a la espera de ser dados en adopción. El proyecto se sostiene exclusivamente con el aporte solidario de la comunidad, a través de rifas, donaciones y colaboraciones voluntarias, ya que no recibe ningún tipo de asistencia estatal.

“Lo estoy llevando adelante hace un tiempo. Costó un poquito, bastante, y cuesta. Siempre nos encontramos con algún animalito que está en situación de calle y que no tiene dónde estar para ser atendido, recuperarlo y darlo en adopción. La idea no es generar un refugio de acumular, sino que sea un paso”, explicó Mendiguren sobre el espíritu del proyecto.

Trabajo comunitario y a pulmón
La fundadora detalló que el funcionamiento del hogar depende completamente de la colaboración vecinal. “Armamos rifas, pedimos colaboración, se los hace atender, y cuando están bien se los empieza a buscar familia”, señaló.

En cuanto a los gastos que conlleva esta acción solidaria, comentó: “En este momento estamos haciendo alguna rifita o, cuando hay algún caso, pedimos colaboración; no tenemos otra forma. Nosotros lo estamos haciendo a pulmón, con donaciones de la gente: cuchas, chapas, tejido para el armado de estructura, y otros aportes —de tiempo, insumos, materiales o dinero— para el resto del proyecto”.

Mendiguren subrayó que el trabajo es constante y que las necesidades son diversas. “Se puede colaborar con alimento, dinero, comprando una rifa. Por ejemplo, ahora voy a buscar una perrita que, por lo que vemos, tiene un prolapso anal. Tuvo cría ocho veces, está en la calle y hay que llevarla al veterinario. Pedí premios para cubrir —haciendo una rifa— porque no sé lo que va a salir esa cirugía”, relató.

También indicó que el próximo viernes castrará una galga callejera y que hay más perros para ingresar al tránsito. “Se puede colaborar con alimento, tarimas, chapas; tenemos que armar muchas cuchas todavía, y lo estamos haciendo todos nosotros a mano, como podemos”, agregó.

Voluntariado y cuidados
Mendiguren destacó la importancia de contar con voluntarios para sostener el espacio. “Yo siempre lo que pido es voluntarios, porque está bueno turnarse un día para ir cada persona a atenderlos. Somos un grupito de cuatro o cinco, y a veces estamos complicados también. Si hay más personas que quieran ir a armar y ayudar, serían bienvenidos”, explicó. En el lugar, los animales son divididos por sectores según su comportamiento o necesidades especiales. “Si hay uno que pelea mucho, tiene su patiecito. Estamos armando así, separando por sectores también”, señaló.

Entre rescates y primeros auxilios
Como toda proteccionista de corazón, también tiene en su casa perros rescatados de situaciones de maltrato que requieren cuidados específicos. “Tengo tres discapacitados con carrito, con parálisis. Tengo de todo en mi casa”, mencionó.

Además, están en proceso de armar un botiquín veterinario para atender emergencias. “Porque por ahí hay un caso en zona rural y te encontrás con muchos perritos mal, con bichera y demás. Así que estamos armando el botiquín con antibiótico, agua oxigenada, pinzas, cura bichera, punta oreja, cefalexina de 500, ibomec, gasas, todo. Nosotros les hacemos los primeros auxilios”, detalló.

Un llamado a la adopción responsable
El proyecto, que se difunde en redes sociales bajo el nombre Fanny’s House, tiene también una misión educativa: promover la adopción responsable. “Adoptar una mascota es una responsabilidad a largo plazo”, remarcó Mendiguren.

Quienes deseen colaborar o sumarse como voluntarios pueden comunicarse al 336 421-4074 o acercarse al espacio ubicado en Reynoso 1094, en el barrio Matadero. También pueden realizar donaciones de alimento, materiales o aportes económicos para sostener el trabajo del hogar, que busca ofrecer una segunda oportunidad a los animales abandonados.

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