Los dos surgieron en Belgrano. Uno creció ahí bajo el ala de su papá Churrinche debutando como entrenador con apenas 16 años. El otro nació en Don Bosco, pero Eber Tarico lo sugirió y y Nicolás Jesús Ferreyra se fue al Rojo para ser dirigido por Pablo Dastugue. Ambos debutaron en la Liga A. Después de ser parte de las mejores campañas del club en la elite, partieron.
En enero de 2009, Dastugue se animó a cruzar el charco y asumió en Regatas, donde lleva casi 17 años. Los cafés que antes tomaba en la cantina de Belgrano, los disfruta en La Ribera. “Hace rato dirijo acá y trato de dar lo mejor, como lo hice siempre. Para mí es especial porque mis hijos son de Regatas. Venir fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Sobre mi pasado en Belgrano estoy agradecido por haber dirigido ahí. Los dos debemos ser agradecidos: yo porque Belgrano me dio la gran oportunidad y Belgrano conmigo porque le di todo. Fueron más de 50 títulos en Inferiores, algo que no es fácil lograr. Ahora hace ocho años que no ganan ninguna categoría. En los mejores momentos del básquet de Belgrano el que estaba sentado en el banco era yo. Cuando me fui el básquet ya no estaba bien, no se pagaba, no es como ahora. Estábamos todos en negro y me debían muchos meses. Cuando tenés dos hijos, sólo pensás en ellos. Y quiero aclarar que yo nunca le hice juicio a nadie. Lo único que hice en Belgrano fue cobrar el año que me debían de deuda de la Liga. De los 20 años que dirigí en Inferiores nunca cobré un centavo, el que diga lo contrario que muestre algún papel, pero quiero terminar con esta mentira porque hay muchos socios nuevos que no conocen la historia del club y lo único que hacen es repetir mentiras de algún mala leche que lo dice en forma indigna para manchar mi apellido”, lanzó Patota.
Después de triunfar afuera, Ferreyra retornó a Belgrano para el Prefederal 2023. Después de un andar irregular del equipo en el Federal 24, saltó de vereda para calzarse la azul-naranja. La primera aventura fue breve por la sanción al Náutico, que volvió a confiar en él. Su hijo Ciro juega al fútbol en La Ribera.
En el superclásico de semifinales por el Clausura local, ambos fueron decisivos para que Regatas elimine a Belgrano por 2-1. El experimentado coach porque, sin el lesionado Jonatan Basualdo, planteó una defensa zonal que confundió al rival. El inoxidable base de 40 años porque ofreció una clase de básquet y de personalidad en el tercer y decisivo match.
“Ganar el clásico es muy lindo para ponernos muy bien anímicamente. Sabemos lo que significa para la gente, el plantel y los dirigentes. Atrás de este playoff hubo muchas injusticias y nos sirvieron de energía para revertir una serie muy dura contra un gran equipo”, señaló Dastugue. “Belgrano nos ganó muy bien el primer juego y se lesionó Basualdo. Debimos hacer un planteo distinto porque con siete jugadores no íbamos a poder bancar los 40 minutos la defensa individual. Por eso marcamos zona. Vimos que ellos en el primer cuarto del segundo partido nos encontraron la vuelta, pero después tuvieron problemas. Pensamos que iban a corregir algo, se les complicó más y seguimos así. Nos dio resultado y el tercer duelo lo ganamos con claridad”, agregó.
Desde el domingo a las 21:00 hs. en La Ribera, Regatas enfrentará a Somisa por el título al mejor de tres partidos. Los otros dos irán en el Socios Fundadores post Final Four del Provincial.
Con Nico conduciendo en la cancha y Patota desde el costado, lo viejo sigue funcionando. Al menos para Regatas, el único equipo de la ciudad que llegó a la definición de los dos torneos en juego.
