
Los operativos de Prefectura Naval Argentina se ampliaron en los últimos días en distintos tramos del río Paraná, incluidos los frentes costeros de Ramallo, San Nicolás y San Pedro, ante el aumento de embarcaciones deportivas y motos de agua en las previas de la temporada estival. El objetivo central es ordenar la navegación y reducir riesgos en un período de alta circulación.
La fuerza informó que los procedimientos incorporan alcoholemia y narcolemia obligatorias para todas las personas que conduzcan embarcaciones. También se controla la capacidad habilitada para el traslado de pasajeros, junto con la documentación exigida para navegar. Estas verificaciones responden a la Ordenanza Nº 3-11 (Disposición 9/2011), que fija límites específicos de alcohol: 500 miligramos por litro de sangre para embarcaciones a motor y 200 miligramos para motos de agua y artefactos similares.
La normativa es clara respecto de las pruebas: negarse constituye una infracción, ya que presume conducción bajo efectos de alcohol o estupefacientes. En esas situaciones, Prefectura está facultada para interrumpir la navegación y solo permitir la partida si existe un conductor habilitado en condiciones psicofísicas adecuadas.
El capítulo sancionatorio es uno de los más contundentes. Las multas por alcohol en la conducción van desde 100 hasta 20 mil Unidades de Multa, con valores que hoy oscilan entre $22.100 y $4.420.000. Según la falta, la autoridad puede además ordenar la suspensión temporal o definitiva del carnet habilitante.
El refuerzo de los controles en la región responde al incremento de actividades recreativas en un corredor fluvial de alto movimiento, donde la seguridad depende del cumplimiento estricto de las normas y de la responsabilidad de cada tripulante.



