
Una bebé ramallense fue intervenida dentro del útero a las 27 semanas de gestación para corregir un mielomeningocele, una forma grave de espina bífida abierta. La operación, inédita en el Hospital de Pediatría S.A.M.I.C. “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”, fue realizada por un equipo interdisciplinario especializado en medicina fetal que se formó desde el año 2008.
En entrevista con el programa “Es por acá” de Cosa Cierta La Radio, la dra. Patricia Bellani, jefa de Neonatología, relató: “No es una cirugía que haya surgido ahora: hace más de 15 años que venimos desarrollando este programa de diagnóstico y tratamiento fetal”.
El hospital ya contaba con un programa integral de diagnóstico fetal y experiencia en el abordaje de malformaciones. Sin embargo, esta es la primera vez que se realiza la cirugía intrauterina dentro del Garrahan, con su propio equipo médico, sin necesidad de derivaciones externas o convenios con el sector privado.
Desde entonces, el hospital atendió más de 2 800 embarazadas y realizó más de 3 500 consultas, combinando estudios genéticos, ecografías avanzadas y, ahora, intervenciones intrauterinas.
Una intervención compleja que mejora la calidad de vida
“Esta operación no es curativa, pero reduce del 70 % al 20 % la necesidad de prótesis para caminar y baja dramáticamente la colocación de válvulas por hidrocefalia”, explicó.
“Además mejora el neurodesarrollo, y aunque requiere seguimiento, cambia mucho la evolución”, agregó.
La cirugía se realiza sin extraer al feto del útero. “Se hace una incisión como en una cesárea, se exterioriza el útero y se acomoda al feto desde afuera para alinear la lesión con la incisión. Luego, el neurocirujano repara el defecto con microcirugía”, explicó.
“El feto siempre permanece dentro del útero. Una vez reparado, se cierra todo cuidadosamente. Luego la madre queda internada, y el parto se programa por cesárea”, agregó Bellani.
El procedimiento fue posible porque se cumplieron los requisitos clínicos: “La mamá no debe haber tenido más de una cesárea previa, no puede tener enfermedades agregadas, y el feto no debe presentar otras malformaciones”, aclaró.
Acceso público y equitativo
“Antes, solo podía hacerse en hospitales privados o en convenios público-privados. Ahora está disponible en el Garrahan para cualquier madre sin cobertura que cumpla los requisitos”, remarcó.
“No es gratis: es financiado con los impuestos de todos. Esa es la salud pública”, sostuvo.
La misma intervención, según señaló, tiene un costo de entre 20 000 y 25 000 dólares en el ámbito privado.
“En el Garrahan no se cobra nada extra. Nadie recibe sobres, ni plus, ni honorarios especiales. Todos cobramos el sueldo mensual por nuestro trabajo habitual”, aclaró.
Participaron profesionales del Hospital Argerich y un equipo de la Universidad Federal de Curitiba (Brasil), que viajó para colaborar y entrenar sin percibir honorarios.
“Vinieron a ayudarnos sin cobrar un peso, por compromiso con lo público y con la formación médica”, destacó.
Preocupación por el presente del Garrahan
Sobre el contexto actual del hospital, Bellani expresó preocupación: “Muchos profesionales se están yendo porque los sueldos no reflejan el nivel de responsabilidad. Sin equipos formados y tecnología actualizada, estos programas no se pueden sostener”, advirtió.
“Estas cirugías llevan tiempo, preparación, coordinación. No se hacen sin un Estado que invierta y reconozca el valor de la salud pública”, sostuvo.
“Somos de todos los lugares”
Para cerrar, Bellani subrayó la misión nacional del Garrahan: “El área programática del hospital es todo el país. Nosotros no somos de una ciudad: somos de todos los lugares. Todos los chicos tienen que tener las mismas oportunidades, sin importar si tienen obra social o no”.
El caso de esta bebé nacida en una familia de Ramallo, que accedió a una técnica de vanguardia sin cobertura privada, muestra cómo la medicina pública puede ser motor de equidad cuando se respalda con decisión, conocimiento y compromiso.