El impacto de las quemas en los humedales del Delta del Paraná sigue generando preocupación, y esta vez con evidencia contundente: un estudio publicado en la revista International Journal of Environmental Health Research confirmó que la exposición al humo incrementa los casos de infartos en la ciudad de Rosario.
La investigación, liderada por cardiólogos del Instituto Cardiovascular de Rosario (ICR/Grupo Oroño) y otras instituciones, analizó datos comparativos de días con y sin humo durante 2022, destacando los peligros de esta problemática ambiental.
Según el informe, los niveles de material particulado (MP) en Rosario durante los días de quemas alcanzaron 34 microgramos por metro cúbico, superando ampliamente el límite de 10 microgramos recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Este aumento en la contaminación está relacionado con inflamación, aterosclerosis acelerada y otros factores que desencadenan problemas cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.
El humo, compuesto por gases y partículas menores a 2,5 micrómetros, afecta no solo a quienes residen en Rosario, sino también a comunidades en un radio de hasta 100 kilómetros. Este impacto masivo quedó reflejado en una encuesta realizada por el Conicet y el Hospital Centenario, donde el 97% de los 6.756 encuestados reportaron síntomas respiratorios durante las quemas.
Además de los efectos respiratorios, los especialistas destacan que el humo puede generar cambios epigenéticos que afectan la salud de futuras generaciones. Estos datos refuerzan la necesidad urgente de acciones gubernamentales efectivas para prevenir las quemas y minimizar los riesgos de contaminación.
En este sentido, los investigadores hicieron un llamado a las autoridades para implementar medidas concretas y campañas de concientización que reduzcan los incendios en los humedales y sus efectos adversos en la población.
El informe también subraya que las enfermedades cardiovasculares, históricamente vinculadas a factores como tabaquismo, obesidad y diabetes, ahora enfrentan un nuevo desafío: la contaminación ambiental, que según datos globales de la American Heart Association, fue responsable de 9 millones de muertes en 2015, el 60% relacionadas con problemas cardíacos.
Los especialistas concluyen que, más allá del daño ambiental, las quemas en el Delta representan una amenaza directa a la salud pública, exigiendo una respuesta inmediata para proteger tanto al ecosistema como a las comunidades afectadas.