El mercado de girasol se encuentra en un punto álgido, con exportaciones que alcanzaron cifras inéditas desde 2006. Este fenómeno, impulsado por un contexto internacional de escasez en la oferta de aceites vegetales, ha permitido que el país capitalice su posición en el comercio global, con un notable incremento en los precios y volúmenes exportados.
La campaña mundial 2024/25 anticipa una caída del 10% en la producción de girasol, principalmente en Rusia y Ucrania, países responsables del 70% de las exportaciones globales de aceite de girasol. Esta contracción, combinada con políticas locales en mercados clave como Indonesia y Estados Unidos que priorizan el uso de aceites vegetales en biocombustibles, ha reducido el saldo exportable global de aceites vegetales.
En este contexto, los precios han respondido con subas notables. El aceite de girasol FOB argentino, por ejemplo, escaló un 45% desde principios de año, alcanzando los 1140 dólares por tonelada, el nivel más alto desde febrero de 2023.
La industria local de girasol procesó 3,2 millones de toneladas en lo que va de la campaña 2023/24, un valor en línea con el promedio del último lustro. Sin embargo, el 70% de esta producción ha sido destinada al mercado externo, un 13% más que el promedio histórico. Hasta octubre, se exportaron 989.000 toneladas de aceite y 961.800 toneladas de subproductos, lo que posiciona a esta campaña entre las de mayor volumen exportado en casi dos décadas.
Además, los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) reflejan un récord de negocios, acumulando 1 millón de toneladas de aceite y 1,1 millones de toneladas de subproductos al inicio de noviembre.
A pesar del vigor exportador, el consumo interno muestra cierta meseta. Las compras locales de girasol alcanzaron 2,6 millones de toneladas, lo que representa el 70% de la producción estimada para este año, pero 11 puntos porcentuales por debajo del promedio de la última década.
Este rezago podría atribuirse a una estabilidad en el procesamiento industrial interno, que solo creció un 16% en comparación con el promedio del último decenio, en contraste con un aumento del 45% en las exportaciones.
El futuro parece alentador. Los compromisos de exportación para la próxima campaña de girasol ya alcanzan las 401.000 toneladas, el volumen más alto en tres años, mientras los precios iniciales promedian los 1180 dólares por tonelada. Este dinamismo se suma al alto nivel de contratos por mercadería de la actual campaña, marcando un octubre excepcional en términos de operatoria.
Fuente: Con información de Noticias Argentinas