
Tras la clausura ambiental en San Nicolás, Atanor confirmó que trasladará su producción a las plantas de Pilar y Río Tercero. El predio local quedará como depósito logístico, mientras se define el futuro de los trabajadores y se avanza en la compleja logística de desinstalación y traslado de equipos, bajo un nuevo compromiso de control ambiental.
La empresa, controlada por el Grupo Albaugh, puso en marcha un plan de relocalización de las operaciones que hasta ahora realizaba en San Nicolás. Para ello, constituyó una comisión especial que en las próximas semanas definirá la logística de desinstalación y traslado de equipos hacia Pilar y Río Tercero, donde se reforzará la capacidad productiva.
La medida se enmarca en la paralización de la producción en San Nicolás, dispuesta por el Ministerio de Ambiente bonaerense, situación que aceleró una decisión que la compañía ya contemplaba en un plazo de 18 meses. Según fuentes cercanas, el proyecto es “complejo y ambicioso”, ya que implica no solo trasladar maquinarias, sino también resolver aspectos legales y ambientales.
La planta se dedicaba a la producción de químicos para la agroindustria. El 20 de marzo de 2024, una explosión esparció atrazina en las instalaciones de San Nicolás, con liberación de agrotóxicos hacia las inmediaciones.
En julio pasado, la Autoridad del Agua (ADA) de la provincia de Buenos Aires ordenó la clausura total preventiva del predio de Atanor, ubicado a la vera del río Paraná, al comprobar graves violaciones a las normas ambientales. Los análisis de laboratorio confirmaron la presencia de múltiples contaminantes industriales en las muestras tomadas durante una inspección realizada el 9 de junio.
Aunque la producción no volverá a activarse, el predio seguirá operativo como depósito logístico, aprovechando su ubicación estratégica cerca de las rutas nacionales 9 y 188. Parte del personal será reasignado a esas tareas, mientras la empresa negocia con los sindicatos el destino del resto de los trabajadores.
La comisión de trabajo prevé tener listo el plan definitivo hacia mediados de septiembre, lo que permitirá iniciar de inmediato la desinstalación de equipos y, en una segunda etapa, su traslado a las plantas receptoras. Tanto en Pilar como en Río Tercero, los equipos locales esperan la definición sobre qué operatorias recibirán, con la expectativa de diversificar la producción y ganar competitividad.
El Grupo Albaugh confía en que esta relocalización fortalecerá sus operaciones en el país y asegura que el proceso se llevará adelante en coordinación con los organismos de control ambiental, garantizando el cumplimiento de todas las normativas vigentes.