Sociedad

Cambio rotundo en los mandatos familiares: por quinto año consecutivo cayó la tasa de natalidad

Las tendencias de las nuevas generaciones traen cambios coyunturales. Prueba de ello son las estadísticas que informa el Registro de las Personas bonaerenses respecto a San Nicolás, dado que entre 2020 y 2024 la cantidad de alumbramientos descendió un 27%

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De un tiempo a esta parte las tradiciones que solían rodear al entorno familiar han sufrido grandes y rotundas modificaciones, principalmente afectadas por diversas circunstancias socioculturales que transformaron el pensamiento colectivo de jóvenes y adultos.

Por ejemplo, un estudio revelado durante 2024 daba cuenta que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la población de perros y gatos ya duplica a la cantidad de niños, poniendo de manifiesto una nueva realidad: la decisión de tener hijos es menor año tras año.

Sin ir más lejos, una situación similar se vive en San Nicolás, con una moda más marcada durante el último lustro según presentan los informes del Registro de las Personas del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Concretamente, la tasa de natalidad en nuestro municipio muestra una caída acumulada desde 2020 hasta 2024 del 27%.

En números fríos, cinco años atrás la cantidad de nacimientos inscriptos en territorio nicoleño fue de 2136, un pico que fue cayendo paulatinamente y parece no haber encontrado su piso: 1919 en 2021, 1842 en 2022, 1670 durante 2023 y 1552, el último año.

Las mencionadas cifras ubican muy lejos a la ciudad de otros partidos que lideran este apartado en la provincia, como es el caso de La Matanza (12.527), La Plata (8134) y Quilmes (5801), las tres localidades que más partos informaron durante los pasados doce meses.

Del deber al querer

“¿Y los nietos para cuándo?”. Quién no ha escuchado esa frase en alguna mesa larga, reunido con familiares. La presión de las tradiciones no es ninguna novedad, durante décadas el plan de vida de los jóvenes, principalmente entre las mujeres, debía “completarse” trayendo una niño o niña al mundo para contentar a los demás.

No obstante, las nuevas oleadas de pensamiento comenzaron a romper con esos deberes socialmente impuestos y lentamente otros factores le ganaron la pulseada a la formación de una nueva familia.

“Es un cambio multifactorial, muchas personas jóvenes tienen un cambio en sus prioridades y en varios casos, quizás tiene más preponderancia el desarrollo personal en el sector académico o profesional. También en los proyectos personales como puede ser un viaje previo a formar una familia”, analizó la psicóloga y sexóloga Camila Casarino (Mat. 15.858) en diálogo con COSA CIERTA.

Asimismo, la profesional nicoleña reforzó la idea del quiebre en las férreas tradiciones culturales que previamente marcaban la agenda social. “Hubo un cambio en los mandatos, cuando antes se debía ser madre o padre y ahora es más el deseo de serlo. Repensar ese rol, que ya no sea un deber y se analice desde el lugar del querer”, afirmó.

Mayor educación

Al contexto mencionado anteriormente se le adhiere otro vuelco importante representado por el foco que ganó la educación sexual y la información al respecto dentro de la batalla cultural reciente. Previamente los tabúes en torno a la intimidad, los métodos anticonceptivos, la medicina aplicada a la fertilidad, entre tantos otras aristas eran moneda corriente en la mayoría de los círculos sociales. Incluso la misma situación se repetía en otras esferas trascendentales como las escuelas y círculos políticos, una resistencia que complicó aún más la posibilidad de transmitir de manera positiva los cuidados a tener en cuenta. Empero, los cambios sociales allanaron el camino para que este tipo de temáticas ganen importancia y permitan desarrollar una vida sexual más sana y ordenada.

“Es importante tener en cuenta que aumentó el acceso a los métodos anticonceptivos, tanto para mujeres como para hombres. Con la información que disponemos, siempre y cuando estén corroborados con profesionales, también se tiene la posibilidad de poder planificar la formación de una familia”, sostuvo Casarino al respecto. Asimismo, destacó la importancia del crecimiento tecnológico que permite a las mujeres una mayor planificación sobre el momento en el que deciden ser madres: “Hoy en día las mujeres también confían en los avances tecnológicos en torno a la fertilidad, como la reproducción asistida o la congelación de óvulos, permite posponer la maternidad”.

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