
La fábrica de porcellanato ILVA, radicada en el Parque Industrial Pilar, comenzó este lunes a enviar los telegramas de despido a sus empleados. Según confirmaron fuentes gremiales, hasta el cierre de la jornada ya habían recibido la notificación 35 trabajadores, aunque la empresa había adelantado que el número final superará los 300.
El conflicto tendrá un nuevo capítulo, cuando esta semana se realice una audiencia en la delegación Pilar del Ministerio de Trabajo bonaerense. Allí, los representantes gremiales reclamarán el cese de los despidos y la reincorporación de los afectados, o, en su defecto, el pago íntegro de las indemnizaciones.
La firma, en cambio, pretende aplicar el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que habilita a abonar solo el 50% de la compensación en casos de crisis o fuerza mayor.
En tanto, según reporta Pilar a Diario, en la puerta de la planta continúa un acampe de los empleados, iniciado el viernes pasado tras conocerse la decisión empresaria.
“El viernes fue el último día de producción. Veníamos de meses con suspensiones y ahora directamente cerraron la fábrica”, señaló Juan Flores, delegado con 17 años de antigüedad en ILVA.
Desde el sindicato denuncian que, pese a la crisis invocada por la compañía, en los últimos meses se invirtió en costosa maquinaria para modernizar la producción. Por eso sospechan que no se trata de un cierre definitivo, sino de un plan de ajuste que busca reducir drásticamente el plantel y modificar las condiciones laborales.
En ese sentido, trascendió que la firma planea reemplazar el actual esquema de trabajo “4×4” por un régimen “6×1”, que implicaría menos horas por día pero con una caída salarial de alrededor del 30%. Además, desaparecerían beneficios como el comedor, el transporte y la cobertura de medicina prepaga.
Fuente: Con información de Infogei