Cristina Centeno nació en San Lorenzo, aunque tiene lazos profundos con San Nicolás. Es psicóloga especializada en niños, psicodiagnosta, selectora de personal, docente terciaria y exjugadora de hockey del Club Somisa, donde actualmente forma parte de la comisión directiva. Asesora grupos deportivos e instituciones educativas y, desde hace unos meses, también transita el desafío de ser mamá. Conversamos con ella sobre salud mental, vínculos, frustración, crianza y otras temáticas que atraviesan la vida cotidiana. Esto fue lo que compartió.
Motivación profesional: “Lo que me motivó a estudiar psicología fue el lazo con el otro. Eso que nos hace humanos y que muchas veces se vuelve difícil de sostener. Me interesa cómo vivimos con el cuerpo que tenemos, atravesados por el contexto social. El vínculo es lo que más me interesa estudiar”.
Salud mental y conciencia social: Centeno considera fundamental que hoy se hable de salud mental en todos los ámbitos. Antes se limitaba al consultorio; hoy ya se incorpora en escuelas, clubes, empresas e instituciones. “Mientras más información haya, más casos se van a detectar. No es que haya más sufrimiento, sino más capacidad de nombrarlo”, afirma.
Educación y comunidad como sostén: Inspirada por la serie “Adolescencia”, destaca la necesidad de una crianza compartida: “Se necesita una aldea para criar a un niño. El hogar, la escuela, los vecinos, todos educan. La responsabilidad de generar bienestar es compartida, y se transmite en los vínculos, en los valores, en las actitudes cotidianas”.
Padres, redes sociales y consecuencias: Con firmeza, se refiere a los conflictos expuestos en redes sociales entre adultos que afectan a sus hijos: “Muchos padres no priorizan a sus hijos. Las redes sociales no son el canal para hablarles. Ellos no tienen acceso a esos espacios. Lo hacen por reconocimiento externo, y eso es absurdo”. Además, advierte que esas escenas tendrán consecuencias cuando esos niños, ya grandes, comprendan lo vivido.
Fracaso, frustración y crecimiento: “El fracaso incomoda, pero es necesario. Enseña qué cambiar, qué repetir, qué abandonar. Aprender a tolerar la frustración es parte del crecimiento. No importa la edad, en algún momento nos toca. Y hay que enfrentarlo si queremos alcanzar el bienestar”.
El arte como refugio: Cristina encuentra en el arte un espacio que la conmueve: le gusta la pintura y la fotografía. Aunque en algún momento tuvo un vínculo fuerte con lo visual, hoy su tiempo está centrado en otros compromisos. Aun así, valora el arte por su capacidad de representar distintas miradas.
Para Cristina Centeno, no hay un único camino hacia el bienestar. Algunos encontrarán soluciones rápidas; otros trabajarán cada día sobre sus emociones. Lo importante, afirma, es reconocer que el camino es personal y que crecer también implica aceptar que no todo se puede arreglar.
