
El Centro Único de Coordinación de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (CUCAIBA) es el organismo encargado de coordinar, fiscalizar y promover las actividades vinculadas con la procuración y el trasplante de órganos, tejidos y células en territorio bonaerense.
Depende del Ministerio de Salud de la provincia y trabaja de manera articulada con el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
En el marco del Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplante, que se conmemora cada 14 de octubre, el presidente del CUCAIBA, Francisco “Pancho” Leone, explicó el funcionamiento del sistema y resaltó el valor de la cooperación entre las provincias. “Somos el ente provincial que coordina y fiscaliza las actividades de procuración y trasplante en Buenos Aires. Cada jurisdicción tiene su propio ente, y en nuestro caso mantenemos la autonomía sanitaria”, señaló.
Leone subrayó que las provincias no delegaron el poder de policía sanitaria en la Nación, por lo que el CUCAIBA es el encargado de regular y supervisar la actividad dentro del territorio bonaerense, aunque con una estrecha articulación con el Incucai. “Tenemos normativas comunes y un sistema de información compartido entre el sector público y el privado, llamado SINTRA. Allí se concentra toda la información del sistema trasplantológico”, indicó.
El funcionario destacó que contar con una base de datos unificada garantiza transparencia y equidad. “Las listas de espera, que a veces generan dudas, surgen de esa información. Hay un acuerdo entre todos los espacios públicos y privados que asegura el acceso a los mismos datos. Esto fortalece la confianza social en el sistema”, afirmó.
Respecto al proceso de asignación, explicó que “la lista de espera se emite automáticamente y solo el Incucai la genera, con datos de todas las provincias”.
Existen listas nacionales y regionales, y cada órgano cuenta con su propio registro: “Hay una lista de riñón, otra de corazón, otra de córnea… Cada una utiliza una fórmula con variables como edad, tiempo en lista, peso, talla y estado del paciente. Los casos más graves son los primeros en ser distribuidos”.
El sistema, además, responde a un principio solidario. “Cuando hay una emergencia nacional, los primeros en recibir un órgano son los pacientes más críticos, sin importar la provincia. Seguimos siendo un país solidario: no solo se distribuye dentro de Buenos Aires, sino también en todo el país”, remarcó.
Leone también explicó las complejidades logísticas que implica la tarea. “San Nicolás, por ejemplo, está justo en el límite para los vuelos. Volamos cuando la donación está dentro de los 200 kilómetros, especialmente en casos de órganos como corazón, pulmón o hígado, que tienen tiempos de isquemia muy acotados”, detalló.
En esos casos, “se combinan vuelos y traslados terrestres, siempre con apoyo de la Policía de la provincia, que facilita los operativos de ablación”, añadió.
El titular del CUCAIBA señaló que la infraestructura aérea no representa un obstáculo, ya que “siempre hay aeropuertos alternativos”, y subrayó que el desafío central es mantener la concientización social sobre la donación.
Finalmente, recordó que en Argentina rige la Ley Justina, que establece el principio de donante presunto. “Todos los bonaerenses que no hayan manifestado durante su vida que no querían ser donantes, lo son por presunción. Solo en el caso de los menores de edad, la decisión sigue en manos de los padres”, explicó.
Con este marco, el CUCAIBA continúa fortaleciendo un sistema provincial y nacional basado en la transparencia, la equidad y la solidaridad, reforzando un mensaje que, según Leone, la sociedad argentina ya hizo propio: “Somos un país solidario.”