¿De qué planeta viniste?

Una vez Miguel me dijo respecto de su mujer sobre todo cuando él estuvo muy enfermo: ”el amor hizo cosas que yo nunca pensé que podían existir”.

Su papá “Pajarito” era correntino y se ganó la vida de mozo, primero en el parador y luego en el club Los Andes.

Su mamá se ganó la vida limpiando los baños en las Bahamas, por eso Miguel cada vez que va a algún lugar donde alguien esta higienizando los sanitarios él siempre deja una propina porque recuerda como su madre esperaba lo mismo para llevar el dinero a casa.

Jugó al fútbol en el Club “la Celina” de San Pedro. Allí integró una selección local. Se fue a probar al globito de Huracán y a Argentinos Juniors donde compartió vestuario pocas veces con el propio Diego Armando Maradona.

Luego vino a la Liga Nicoleña de fútbol donde ganó con el club Los Andes un campeonato con la tercera división. Jugó en Social y en la liga independiente fue campeón con el Caballito Fútbol Club.

Se ganó la vida de mil maneras. Su único objetivo era ser una persona digna y poder criar bien a sus hijos: llenarlos de valores y de amor y vaya si lo consiguió. En el parador trabajó en la estación de servicios para luego hacerlo en la empresa Fiplasto durante doce hasta que se enfermó. Luego se dedicó al periodismo. Incursionó en televisión trabajó con “Pollito” Oviedo en un programa que se llamó “el expreso”. En el viejo y querido Canal 4. Luego lo hizo en LT 24 Radio San Nicolás y en su amada Radio Acero.

Se enfermó de colitis ulcerosa en 1988. Esos años la pasó muy mal, incluso estuvo internado en la clínica de la UOM durante sesenta días en terapia intensiva. Tuvo diez operaciones. Los buenos deseos y las cadenas de oración se multiplicaron pero la cosa no pintaba bien. Incluso el propio presidente de la Liga Nicoleña, Jorge Mariezcurrena, le colocó su nombre y apellido a un torneo en un gran gesto y en un hermoso homenaje. Pero Miguel que había jugado y comentado miles de partidos tenía por delante el más importante de su vida y no podía fallar. Le ganó una pulseada al destino y se metió en el corazón de todos.

Los sábados va a bailar con Mari a “non stop”. Y por supuesto es infaltable a la peña de los lunes en el bar “tiki taka” y los famosos torneos de truco, él siempre dice que es el mejor mintiendo. Allí comparte mesa con Hugo, Rauli, Elvio, Nazareno, el mula y por supuesto Andrés Siciliano.Y es infaltable en la mesa del club Independiente de todos los días en Villa Ramallo a partir de las nueve de la mañana. junto con: “Braca”, “Caie”, Mario Delarco. A veces se suma el “Tano” Barbieri, su hermano Rubén y hasta se hace presente Miguel Rinaldi.

Uno de los actos de amor más grande y más digno que observé en mi vida a esta profesión se lo vi realizar a Miguel. Por entonces el escribía en el “Reporte semanal de Ramallo”. El producía su propia entrevista, pero además salía a vender el semanario para poder cobrar su tarea. La persona que redactaba las noticias era la misma que ofrecía casa por casa su producto para poder recibir un salario.

A veces dicen por ahí que la rutina mata al hombre. Evidentemente quien manifiesta esto, no vive en una ciudad pequeña rodeada de afectos donde se todos se conocen. Que daría yo por ir los lunes al bar de Andrés a jugar al truco o estar todas las mañanas en el club Independiente para hablar de fútbol y de la vida. Para escuchar y aprender.

Simplemente quise contar y decirle lo mucho que lo quiero y admiro. A Miguel Angel Villalba, un tipo fuera de serie, de otro planeta…una persona con la que alguna vez tuve el enorme placer de trabajar.