
Daniel Dosmobian, director del Centro de Información de Medicamentos y responsable de la Red Provincial de Vigilancia Farmacéutica, fue entrevistado en el programa “Es Por Acá” de la 102.9, donde brindó detalles sobre la detección de la contaminación en ampollas de fentanilo que habrían provocado al menos nueve muertes en el Hospital Italiano de La Plata. El producto fue fabricado en un laboratorio de Ramallo, trasladado a una planta en San Isidro, y luego distribuido por una droguería de Rosario.
Dosmobian explicó que fue el equipo farmacéutico del Hospital Italiano el que detectó las irregularidades, realizó los análisis microbiológicos y reunió las pruebas necesarias para dar intervención al ANMAT. “Gracias a esos informes, el ANMAT pudo actuar preventivamente, incluso antes de tener los resultados completos”, detalló.
El profesional señaló que el fentanilo es un derivado sintético de la morfina, de uso habitual en terapias intensivas, cirugías y tratamientos críticos, especialmente en pacientes entubados o inmunodeprimidos. “Es un analgésico muy potente que se administra junto a anestésicos para mejorar la calidad de vida en situaciones extremas”, describió.
Respecto al estado del producto, aseguró que “no cumplía con los requisitos mínimos de esterilidad” y que la contaminación pudo haber ocurrido por fallas en el proceso de manufactura, como la utilización de agua no tratada o una esterilización incompleta. También sostuvo que, al momento de la producción, ni el director técnico ni el codirector del laboratorio estaban en funciones, lo cual agrava la situación.
“El que pone su nombre como fabricante no puede deslindar responsabilidad. El fentanilo se fabricó en Ramallo”, afirmó, aludiendo a la empresa responsable.
Sobre el rol del organismo regulador, explicó: “El ANMAT inspecciona el primer lote de un producto, y si lo aprueba, asume que los lotes posteriores serán fabricados en las mismas condiciones. Pero no realiza controles constantes, a menos que haya una denuncia o evidencia concreta”. En ese sentido, advirtió que el sistema delega el control de calidad en los propios laboratorios, lo que implica un riesgo latente para los usuarios.
Dosmobian también cuestionó el funcionamiento del sistema de compras en hospitales públicos y clínicas. “Generalmente se elige lo más barato, y eso puede tener consecuencias. Lo barato a veces sale caro”, remarcó.
Finalmente, indicó que aún se espera la confirmación de si la bacteria hallada en los pacientes fallecidos coincide con la detectada en las ampollas contaminadas. “Muchos estaban en estado crítico. Pero si esto no pasaba, no nos enterábamos de que el fentanilo estaba contaminado”, concluyó.