Historias

Del ritual familiar al podio: Mónica Garro, la primera mujer que se consagró en la Fiesta Nacional del Salame Quintero

Desde hace cinco décadas, Mercedes celebra la Fiesta Nacional del Salame Quintero. En 2024, Mónica Garro dio el batacazo: se convirtió en la primera mujer en ganar el primer premio por su producción.

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Mónica Garro tiene 45 años, es contadora pública, pero en su ciudad, Mercedes, también la conocen desde hace un año como la primera mujer que se consagró en la 49º Fiesta Nacional del Salame Quintero, por la exquisita produc ción que presentó de este clásico de la cultura gastronómica bonaerense.

Amigos y conocidos le tenían fe. Eran afortunados catadores de sus majares en reuniones y juntadas y le insistían con que se presentara al tradicional concurso de la fiesta más importante de la localidad, pero ella no se largaba a dar el paso y entrar en la competencia.

En 2023 se animó a participar y, sin expectativas, obtuvo el cuarto puesto. No solo fue un gran logro para Mónica, sino un gran incentivo. En 2024 volvió a presentar sus productos en la fiesta junto a su hermana Sonia y la sorpresa fue doble: las Garro se quedaron con el primer y tercer puesto. La foto del podio fue histórica y, sobre todo, muy distinta a la de los 48 años anteriores de la celebración ya que, nunca antes, dos mujeres habían posado mostrando orgullosas sus copas.

Toda tradición se funda en un mito de origen, atravesado por coordenadas afectivas y territoriales. La historia de las carneadas en el campo La Miseria, ubicado entre Mercedes y Navarro, comenzó allá por el siglo pasado, cuando allí se instalaron los abuelos maternos de Mónica, Aureliana y Marcos, dedicados durante décadas a la producción tambera.

“La carneada no era solo un oficio, era un rito familiar, una forma de mantener viva la esencia de nuestro hogar, una tradición que con el tiempo se transformó en el alma de nuestra familia”, cuenta Mónica. “Con el paso de los años, mi madre Luisa junto a mi padre Juan y, más tarde, conmigo y mis hermanos, Carlos y Sonia, continuamos criando cerdos para las carneadas y cada invierno se llenaba de vida, de trabajo en equipo, de risas y, por supuesto, de los sabores que solo nosotros sabíamos crear, añade sobre esta práctica que resulta un lazo entrañable entre cuatro generaciones de su familia y que hoy, está más viva que nunca.

En La Miseria se realizan tres carneadas por año durante el invierno y la producción – por ahora – es sólo para consumo familiar o para vender a allegados y amigos. Según cuenta Mónica, esta práctica, más allá de los reconocimientos, “aún sigue siendo un hobby” y un momento de comunión familiar. No obstante, es una tarea que lleva trabajo y disciplina, ya que hay tiempos de elaboración y protocolos sanitarios que cumplir.

“En el campo nosotros criamos los cerdos y los alimentamos solamente con maíz, por eso es bueno el producto, por la calidad del animal, que hace que la carne tenga otro sabor”, asegura, y detalla que antes de producir, es obligatorio enviar una muestra de carne para analizar. “Carneamos el animal, se saca el centro de entraña, que es un pedacito de carne que se lleva analizar, y cuando nos dan el ok empezamos a hacer la producción, si da mal, no podemos tocar la carne”, precisa Garro.

Una técnica, un arte de familia

Si bien el producto por excelencia que elaboran Mónica y sus hermanos es el salame quintero, en el campo de la familia Garro se aprovecha toda la materia prima que ofrece el animal, y también preparan morcilla, queso de chancho y chorizo seco.

“Una vez que hacemos la carneada, para el salame se selecciona la mejor carne, es decir, la que no tiene nada de nervios; se le agrega una parte de carne de vaca también de calidad, sin nervios ni nada, y del cerdo sacamos el tocino, la parte grasa entre el cuero y la carne y lo agregamos, son los pedacitos blancos que se ven en el salame al cortar”, cuenta Mónica sobre la elaboración, sin revelar los secretos. “Se condimenta, se ata con ese lacito especial que tiene el salame quintero y se pone a secar unos sesenta días en un lugar seco y fresco, donde no tiene que haber mucha ventilación”, agrega. Y pasa un dato: “Cuando se corta el salame, más allá del sabor, tiene que tener una grieta de aceitito, que se forma en el secado y, si se logra, es cuando el secado está óptimo”.

En la Fiesta Nacional del Salame Quintero cada productor presenta un lote de cuatro salames para el concurso. Este año, en La Miseria se realizaron las tres carneadas de invierno y las hermanas Garro volverán a probar suerte. Los salames ya están en la etapa de secado y Mónica cree que van a estar bien para el fin de semana del 12 de septiembre, que se realiza la edición número 50 del evento.

“Hoy, cuando miramos hacia atrás, vemos no solo los premios, sino la historia que nos trajo hasta aquí. Cada salame que hacemos lleva en su sabor el amor, la dedicación y el esfuerzo de generaciones. Lleva la memoria de mis abuelos, de mis padres y de cada uno de nosotros que, año tras año, sigue levantando la bandera de una tradición que jamás morirá. Y ahora, con orgullo, sabemos que lo que hacemos no es solo un oficio, sino una forma de honrar nuestro pasado y asegurar que nuestra historia continúe viva en el futuro”, concluye Mónica.

Mujer Empresaria Bonaerense

Luego de haber sido premiada en la 49º Fiesta Nacional del Salame Quintero, la Cámara Empresaria de Mercedes postuló a Mónica Garro para el premio Mujer Empresaria Bonaerense 2024.

En el evento, organizado por la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), Mónica fue finalista en el rubro Liderazgo empresarial. Este galardón es una muestra del rol crucial de las mujeres en el desarrollo económico y social de las localidades y la Provincia, fomentando el liderazgo y la inspiración para que más mujeres se animen a emprender.

Fuente: Con información de DIB

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