Sociedad

Diabetes y salud cardiovascular: una relación que no se puede ignorar

La diabetes mellitus impacta directamente en la salud del corazón. La médica Florencia Fernández explicó por qué es clave la detección temprana y un abordaje integral para reducir riesgos cardiovasculares

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La diabetes mellitus se consolidó como uno de los principales factores que contribuyen a la morbilidad y mortalidad a nivel mundial.
En Argentina, se estima que aproximadamente uno de cada diez adultos mayores de 18 años padece esta condición, según datos de la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR). Lo alarmante es que el 40% de quienes tienen diabetes desconocen su diagnóstico, lo que dificulta las acciones preventivas y terapéuticas.

Más allá del impacto en el metabolismo de la glucosa, la diabetes tipo 2 representa un potente factor de riesgo cardiovascular. La hiperglucemia crónica favorece el daño arterial, la inflamación y la formación de placas ateroscleróticas en vasos de diferentes calibres.

Como resultado, “las personas con esta condición enfrentan un mayor riesgo de padecer enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y miocardiopatías, alteraciones estructurales del corazón que comprometen su función”, explicó la médica especialista en Medicina Familiar, Florencia Fernández.

Prevención

Frente a este escenario, resulta fundamental implementar estrategias tanto de prevención primaria como secundaria.
“El abordaje debe ser integral e incluir control estricto de los niveles de glucemia, presión arterial y perfil lipídico”, indicó la doctora Fernández a Cosa Cierta.

Además, “cambios sostenidos en el estilo de vida, como una alimentación saludable, ejercicio regular, abandono del tabaco y mantenimiento del peso adecuado, son pilares esenciales para reducir riesgos”, agregó.

El control médico periódico y la derivación oportuna a especialistas, como cardiólogos, permiten detectar síntomas tempranos: falta de aire, hinchazón en las piernas, dolor en el pecho o fatiga excesiva. La detección precoz puede marcar la diferencia en el pronóstico y en la calidad de vida del paciente.

Avances terapéuticos

Fernández sostuvo que “en los últimos años, los avances terapéuticos han transformado el manejo clínico de la diabetes tipo 2. Grandes ensayos clínicos cardiovasculares demostraron beneficios adicionales a la simple regulación glucémica con ciertos fármacos”.

En ese sentido, destacó por un lado a los análogos del GLP-1 (liraglutida, semaglutida): “además de reducir los niveles de azúcar en sangre, favorecen la pérdida de peso, mejoran la presión arterial y disminuyen eventos cardiovasculares mayores en pacientes con alto riesgo o enfermedad cardiovascular establecida”.

Y por otra parte, los inhibidores del SGLT2 (dapagliflozina y empagliflozina): “no solo mejoran la glucemia, sino que también reducen hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y retrasan la progresión de la enfermedad renal crónica”.

La profesional añadió que “estas drogas han pasado a ocupar un rol central en las guías internacionales para el tratamiento del paciente con diabetes tipo 2 y riesgo cardiovascular elevado. Incluso se consideran terapias de primera línea en ciertos escenarios”.

En conclusión, la relación entre diabetes y enfermedad cardiovascular es innegable.
Sin embargo, “hoy contamos con herramientas efectivas para disminuir ese riesgo si logramos una detección temprana y un control integral basado en evidencia científica sólida.
La educación continua y el acompañamiento médico son fundamentales para transformar estos conocimientos en acciones concretas que mejoren vidas”, enfatizó la médica Florencia Fernández.

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