
Dentro de la escasa información pública que el Poder Ejecutivo local muestra a sus votantes en su sitio web, se hace presente la Situación Económica-Financiera de los primeros meses de 2025. Una referencia más de las prioridades del oficialismo, cada vez más alejadas de las necesidades de sus vecinos.
A lo largo de estos años al frente del Gobierno local, una línea que ha quedado más que clara en el passaglismo es la falta de transparencia en su información fiscal. No llama la atención que, en cada Informe de Transparencia Fiscal Municipal, San Nicolás siempre quede entre las localidades con bajo o nulo cumplimiento de los estándares requeridos por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública.
Una realidad preocupante, dado que ni los vecinos ni las oposiciones políticas logran acceder al detalle de cómo se utiliza el dinero de los contribuyentes. Incluso, los pedidos de comunicación por parte de distintos bloques del Concejo Deliberante son omitidos por el Poder Ejecutivo local o demorados por los ediles que responden al oficialismo.
En un municipio con tasas exorbitantes, donde la morosidad se empieza a volver una tendencia cada vez mayor, lo recaudado por la maquinaria municipal parece no tener retorno hacia quienes más lo necesitan y quienes quedan en desventaja ante la realización de festivales, la inversión proselitista o la renovación eterna de los mismos sectores públicos mes a mes.
No obstante, en este cuento chino que se presenta ante quienes muestran interés en ver hacia dónde se dirige el esfuerzo de los nicoleños, la Situación Económica-Financiera correspondiente al plazo enero-junio se encuentra a disposición para dar muestra de movimientos cuestionables y prioridades alejadas de la realidad social.
Ni un peso
En este año marcado por la inauguración de “Hechos” como espacio político, Manuel Passaglia enarboló como una de sus banderas de campaña el superávit del Municipio, un término altamente usado en estos días. Incluso, a través de sus redes sociales oficiales, el exintendente se encargó de sostener en más de una discusión ideológica que, en el caso de nuestra ciudad, ese factor ronda el 53 %, un número que le valió críticas de muchos internautas que sostenían que se trata de una cifra sostenida en base a tasas altísimas. Justamente, uno de los baluartes que empuja ese “punto positivo” —o al menos así lo presentaron— del presupuesto nicoleño, a pesar de que mes a mes la morosidad en la recaudación sube.
Por otro lado, si bien desde el espacio rosa reafirman que la única causa de que sobre tanto dinero es la eficiencia de su aparato político, en paralelo muestran que lo logran ahorrando el 100 % de las partidas que se dirigen hacia los programas comunitarios. Totalmente en contrapartida con lo expresado en la edición anterior de COSA CIERTA, con el despilfarro que se desemboca en la contratación de DJ’s y grupos musicales provenientes de otras ciudades para musicalizar el Festival RICO, en desmedro de los artistas locales.
Para clarificar sobre esta temática, solamente es necesario pararse sobre el balance financiero del Poder Ejecutivo en los primeros seis meses. Por ejemplo, se puede tomar el caso de la Dirección de Contralor e Inspección Ciudadana, organismo dedicado a “fiscalizar y controlar el funcionamiento de todos los locales comerciales habilitados en la ciudad”, según resalta el sitio web oficial. No obstante, la partida asignada es mínima ($1.996.000) y no fue utilizada en todo el primer semestre. Un caso similar ocurre en el área de Atención Primaria, un ente que el Municipio dio por descartado hace años, pero que hasta el 30 de junio del año corriente tenía una asignación de $4.097.400 sin ser utilizada.
Comunidad olvidada
Así como repasamos lo postergadas que quedaron la salud pública y el cuidado de los comercios en San Nicolás, tampoco se debe dejar de lado la tarea comunitaria que el passaglismo pasa por alto en su presupuesto. Prueba de ello son las partidas de $10.000.000 que tienen asignadas las áreas de División de Programas Comunitarios y Área de Tierras y Viviendas Sociales, respectivamente, en los dos casos sin un peso invertido.
Otro caso llamativo y preocupante es el del Comité Organizador de Emergencias (COE), que debe accionar en caso de temporales, inundaciones y otros eventos de estas características. En años donde los fenómenos climáticos golpean cada vez más fuerte, es de resaltar que de los $30.000.000 asignados en el presupuesto, entre enero y junio no se ejecutó ni un solo centavo para estas causas o para mejorar el equipamiento, teniendo en cuenta la cantidad de barrios que sufren las tormentas graves por falta de infraestructura urbana.
En fin, las necesidades vecinales se mantienen gracias “al aire”, mientras la inversión de su Gobierno sigue apuntando hacia un aparato ideológico que se proyecta fuera de sus fronteras, pero deja de lado a sus votantes.