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El capricho Passaglia que condena a 170 familias al desempleo

Mientras San Nicolás necesita empleo, inversión y futuro, el clan gobernante decide bloquearlo. La Planta Frigorífica San Nicolás Alimentos SRL, modernizada con millones en inversión privada y lista para abrir sus puertas, sigue sin ser habilitada por una sola razón: la voluntad política del Municipio

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No hay excusas técnicas, administrativas ni sanitarias. Porque inclusive la Planta ya cuenta con la habilitación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). El cierre responde claramente a un capricho que desnuda la peor cara del poder: anteponer intereses políticos por sobre el trabajo genuino de más de 170 familias que hoy esperan respuestas.

La contradicción de un Gobierno municipal que habla de futuro pero frena el presente

El intendente Santiago Passaglia repite en cada discurso la necesidad de atraer inversiones, generar empleo y diversificar la economía local. Pero a la hora de la verdad, su gestión le da la espalda a un empresario que arriesgó capital propio para recuperar una planta emblemática que funcionó durante décadas sin conflictos.

El resultado es una contradicción que golpea fuerte: mientras Passaglia se autopromociona como motor de desarrollo, su Gobierno frena la producción y deja a decenas de familias en la incertidumbre. En San Nicolás, parece que invertir no garantiza producir, cumplir con la ley no basta para habilitar, y generar empleo no alcanza si no encaja en el esquema político de turno.

Una decisión sin fundamento, solo política

Los argumentos que circulan en los pasillos municipales rayan lo absurdo: que la planta podría generar olores que afectarían al Estadio Único, orgullo de la gestión Passaglia. Pero esa excusa se derrumba sola: durante más de 30 años, el frigorífico operó en el mismo lugar sin provocar la menor incomodidad. El cuestionamiento apareció recién con el cambio de dueños y la llegada de un apellido distinto al de los amigos del poder.

La sospecha, entonces, es nítida: no es un problema técnico, es un problema político. Y lo que está en juego no es menor: son más de 170 puestos de trabajo que podrían devolver dignidad y sustento a familias enteras.

La pregunta incómoda

¿Qué pesa más para los Passaglia: la comodidad de su relato político o el futuro de 170 familias? La respuesta, a la vista de todos, es que en San Nicolás gobierna la conveniencia política por encima del bienestar social.

El caso de la Planta Frigorífica San Nicolás Alimentos SRL no es solo un conflicto puntual: es el símbolo de un modo de gobernar que prefiere el capricho a la producción, el relato a los hechos, la foto a la dignidad del trabajo.

La Planta Frigorífica San Nicolás Alimentos SRL, en la intersección de Lionel Scaloni y Dámaso Valdez, está absolutamente paralizada.

Y es también un llamado a la ciudadanía: detrás de cada negación arbitraria a poner en marcha un proyecto necesario para la ciudad, de cada decisión que frena la inversión, no se juega la imagen de un intendente o de un candidato a diputado. Lo que está en juego es la vida cotidiana de quienes solo piden algo tan simple como la oportunidad de trabajar.

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