
De San Nicolás a Rosario, de la tribuna a la cancha y del arco a pivotear. La historia de Emilia Budding (21) es un guiño del destino: fue a mirar una prueba de jugadoras y terminó integrando la Reserva de Newell’s. GOLAZO se comunicó con ella en una nota teñida de superación constante.
Lo de Emilia con el deporte fue amor a segunda vista. “Pasé de no tener mucha idea a que se haga un 90 % de mi vida”, resume con simpleza, como quien cae en la cuenta de que su rutina está atravesada por una pelota. Antes de eso, su recorrido incluyó años de vóley y handball en clubes nicoleños. Pero el futsal la eligió a ella cuando menos lo esperaba.
“Fui a ver una prueba en Newell’s desde la tribuna y terminé bajando a la cancha”, cuenta sobre aquel momento clave. Fue Pablo Granados (exprofe rojinegro) quien le pidió que se acercara. “Soy muy vergonzosa y dudé mucho si sumarme o no. Hasta que me llamaron desde la cancha y dije ‘bueno, fue’’, recuerda entre risas.
No fue el único cambio: también dejó de ser arquera (amateurmente) para probarse como jugadora de campo. “Lo que más me costó fue adaptarme al uso de la suela, que es clave en futsal, ¡y eso que ya pasaron siete meses!”, admite. Atrás quedó el fútbol 5 recreativo con amigas. Ahora la exigencia es otra: entrenamientos físicos, gimnasio, kinesiología y horas en la cancha.
“El lugar te lo tenés que ganar semana a semana. Debés mostrar en todos los entrenamientos que te merecés jugar el fin de semana. Es muchísimo compromiso”, sostiene. Pese a todo, se la nota feliz. “Lo mejor son las amistades. Pasamos muchas horas juntas y terminás rodeada de personas que están en tu misma sintonía”, agrega la pivote.
La nicoleña vive sola en Rosario y trabaja allí también. Cada fin de semana que juega de local, intenta volver a casa para ver a su familia. “Siempre se extraña. El apoyo de mis viejos es indispensable”, asegura. El deporte, dice, le enseñó a confiar más en ella misma.
Aunque todavía no logró debutar en Primera, sueña con hacerlo pronto. “Ese es mi sueño deportivo. Y fuera de la cancha, me encantaría poder recorrer el mundo”, se proyecta. Mientras tanto, aprovecha el parate universitario (el año pasado se recibió como Técnica en Régimen Aduanero y Comercio Exterior) para dedicarse de lleno al deporte. Con la Lepra, juega en la Reserva y en la Rosarina (torneo local de dicha ciudad).
La nicoleña reconoce que el futsal femenino todavía no tiene la visibilidad que merece. “Se lo considera nuevo, entonces se lo subestima. Hay muy pocos clubes que lo profesionalizan, igual que el fútbol 11, que tampoco tiene el alcance que debería”, opina.
Cuando es consultada por una recomendación a las pibas que recién están haciendo sus primeras armas en esta disciplina, no duda: “No importa si tenés experiencia o no. Lo más importante es tener ganas y disfrutar del proceso. El futsal no solo te desafía físicamente: también te enseña a trabajar en equipo y a no rendirte”, cerró la promesa nicoleña.
YO SOY:
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Nombre completo: Emilia Budding
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Nombre de tus padres: Silvina y Juan
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Clubes donde jugué: Newell’s Old Boys
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Categoría que compito: Reserva AFA – Rosarina
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Mejor DT: Facundo Masagué
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Hincha de: Newell’s
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Cancha más complicada: Creo que Glorias, jugamos en verano y hacía demasiado calor
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Una amiga fuera de la cancha: Pilar Gallardo
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Una socia dentro de la cancha: No tengo una específica, suelo conectar bien con todas
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Comida favorita: Pastas
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Posición en la cancha: Pivote
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Pie hábil: Derecho
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Cualidad: Defensa
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¿Qué te pide el DT?: Que ponga cuerpo en ataque
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Emilia Budding es: una persona perseverante, comprometida, autoexigente y apasionada por lo que hago, tanto dentro como fuera de la cancha