
La enfermedad renal crónica (ERC) es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y que, a menudo, pasa desapercibida hasta que se encuentra en etapas avanzadas.
Alejandro Spagnolo, especialista en Clínica Médica, ofreció a COSA CIERTA una visión detallada sobre el funcionamiento del riñón. Es un órgano sumamente complejo, que desempeña funciones vitales en el organismo. Su principal tarea es eliminar el exceso de líquidos y electrolitos, así como los productos de desecho derivados del metabolismo celular y otros tóxicos.
Además, tiene un papel crucial en la regulación endocrinológica al producir hormonas que afectan el sistema cardiovascular y la eritropoyetina, responsable de la formación de glóbulos rojos en sangre. También participa en la producción de calcitriol, una enzima esencial para el metabolismo óseo.
Cuando el riñón se enferma, las alteraciones pueden ser múltiples y severas. El envejecimiento y antecedentes familiares también contribuyen al desarrollo o empeoramiento de esta enfermedad.
El especialista en Clínica Médica señala que, al inicio, los síntomas suelen ser sutiles o inexistentes, lo que dificulta su detección tanto para pacientes como para médicos. Sin embargo, con el tiempo pueden aparecer alteraciones en los análisis rutinarios y síntomas como anemia, náuseas, vómitos, falta de apetito e hinchazón en las piernas.
Uno de los aspectos más preocupantes es el aumento del riesgo de complicaciones cardiovasculares graves como infartos o accidentes cerebrovasculares.
Tratamiento
La terapia temprana de la ERC es relativamente sencilla e incluye cambios en la dieta, medicación adecuada y control riguroso de las condiciones subyacentes. No obstante, si la enfermedad avanza sin intervención adecuada, se vuelve más compleja y costosa de manejar. En algunos casos, puede requerir tratamientos sustitutivos como diálisis.
El rol del médico clínico general es fundamental para detectar anomalías tempranas y derivar a los pacientes al nefrólogo para un manejo conjunto. Esta colaboración puede ralentizar la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Para prevenir la ERC, Spagnolo recomienda adoptar un estilo de vida saludable que evite enfermedades como diabetes e hipertensión. También sugiere realizar controles anuales con un médico de cabecera que incluyan mediciones de presión arterial y análisis generales (especialmente de orina completa y de creatinina sérica).
Es crucial prestar atención a grupos vulnerables: mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos y aquellos con antecedentes familiares de enfermedad renal.
Tomar medidas preventivas adecuadas puede marcar una gran diferencia en la salud renal y general de las personas. La detección temprana y un manejo adecuado son claves para enfrentar este desafío siempre silencioso pero significativo para la salud.