Historias

Germán Todino, piloto y productor agropecuario: el legado familiar “fierrero” y la conexión con Roberto Baggio

Con 24 años, es una de las sensaciones del automovilismo nacional y actualmente corre en tres categorías. “La parte económica es la que más le cuesta al ambiente”, sostuvo, al mismo tiempo que recordó una de sus polémicas más resonantes durante una competencia.

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Germán Todino es un pibe con carácter. A pesar de tener solo 24 años, es uno de los animadores de las diferentes categorías que trascienden en el automovilismo nacional y que son el éxtasis del pueblo “fierrero”.

“El Gaucho de Rivera” se transformó en el orgullo familiar, esencialmente porque nació para correr.  “Con solo cinco años arranque en el karting usando el galpón de mi viejo para acelerar a fondo. Mi papá solo pudo correr en el TC pampeano. De la mano de mi tío Gastón Todino me fui vinculando a la gente del automovilismo y todo fue fluyendo. Con solo seis años salí dos veces campeón, a pesar de que los pampeanos nos hacían la vida imposible a los bonaerenses. Después igual me terminaron queriendo. Con 15 años me acuerdo que le gané una carrera a lo guapo al campeón de la categoría y se armó un lindo quilombo. Siempre me querían descalificar y me terminaron echando. A medida que iba creciendo empecé a acompañar a mi tío al galpón cuando junto a su equipo preparaban el auto para correr el fin de semana. De a poco me empecé a meter en ese hermoso lío. A mi viejo le dije que no quería correr más y que solo me interesaba acompañar a mi tío a todos lados”.

Y fue precisamente el tío Gastón quien le empezó a armar la hoja de ruta a ese chiquilín que pedía pista. “A mediados de 2015 mi tío me empujó para empezar a correr en autos de formula. Me fui a probar un auto a Concepción del Uruguay y anduve bastante bien. Empecé a correr en autos de fórmula y luego transité todas las categorías de la ACTC. Tenía 15 años y lo único que me importaba era ganar una carrera”.

Y para Germán Todino el punto de inflexión llegó el día en que su tío Gastón le entregó algo más que el mandato familiar: “Me llevó a Olavarría a probar su Ford con el que corría en TC Pista. Él le dio un par de vueltas y luego me invitó a que subiera para comparar sus tiempos con los míos. Para sorpresa de todos, mis tiempos fueron más bajos que los de él. En ese mismo momento me dijo: ´Germán, a partir de ahora este auto será usado solo por vos porque me retiro del automovilismo y quiero que vos sigas con la pasión fierrera que tiene nuestra familia’. Para mí fue una decisión muy difícil pero la acepté. Debuté con ese auto en TC Pista Mouras y pudimos ganar esa carrera”.

Germán Todino cuenta con el apoyo familiar para llegar con “oxígeno” a cada carrera, pero no está al margen de los inconvenientes que tiene la mayoría de sus colegas para poner un auto de competición en la pista. “La parte económica es la que más le cuesta al ambiente. Yo tengo la fortuna de correr en tres categorías (TC, TN y camionetas) porque tengo un gran apoyo familiar. Siempre hay que tener a alguien a quien recurrir si querés tener chances de ser protagonista. ¿Querés tener el respaldo de la empresa Maquin parts? Tenés que poner. ¿Querés tener chances de ganar? Tenés que poner. ¿Querés buenos resultados? Tenés que poner”.

¿Cómo empezó esta locura?

Es una pasión que tengo desde muy chico, que se sostiene en las ganas de poder ganar una carrera. Por suerte los resultados están apareciendo y eso motiva a todo el equipo. Las carreras no las sueño pero pienso mucho los días previos. Sí estoy convencido de que tengo un auto bien puesto siempre me digo ´mañana no me ganan´.

¿Cuál fue tu primera felicidad?

Cuando salí campeón de TC Mouras, porque lo festejamos en familia. Fue especial porque el motor no nos respondía al ciento por ciento en la etapa regular y no pudimos ser contundentes. Antes de entrar a la Copa de Oro, nos jugamos y cambiamos al motorista. Acertamos la jugada porque ganamos dos carreras y salimos dos veces segundos. Pensá que solo tenía 18 años y todo era muy fuerte para mí. Llegué a la última carrera con una gran diferencia de puntos y encima largaba primero. Cuando estoy por salir a la pista, los veo llorando a mis viejos y de repente me puse a llorar arriba del auto. Les pedía que se corran y me dejen concentrar. Imaginate que también estaba mi abuela, eso marca el fanatismo de toda mi familia.

¿La gente de tu pueblo te sigue?

El Roberto Mouras de La Plata está a 600 kilómetros de Rivera y ese día había 150 personas que me fueron a acompañar. Cuando llegué a Rivera me pusieron un autobomba y el acceso de 3 kilómetros estaba lleno de punta a punta. También llevamos el auto para exhibirlo en el pueblo y terminamos con un asado multitudinario. Ese campeonato lo festejamos a lo grande.

¿Ya eras un piloto buscado por las marcas?

Después de toda esa alegría ascendimos al TC Pista. Tomamos la decisión de cambiar de equipo y con el nuevo Ford pude hacer dos pole, algo que para mí fue muy importante, porque no me caracterizo en hacer el mejor tiempo clasificatorio. Lamentablemente sufrí un terrible palo en Paraná porque se me vació el depósito donde va el líquido de freno y terminé pegando contra un paredón. Terminé con la pierna derecha y dos clavículas fracturadas. A mis viejos y mis hermanos les debo la vida porque me llevaban hasta el baño.

¿Ya se acercaba el TC?

Al Turismo Carretera pude pasar antes por ser campeón de TC Mouras, pero decidimos hacer una nueva temporada en TC Pista. Lo hablé con mi viejo y mi tío, y llegamos a la conclusión de que con 18 años era muy chico para saltar al juego grande. Peleamos ese campeonato con Andrés Jakos y en la última carrera nos tocamos y salió campeón otro. Después sí, en 2021 nos decidimos pasar al Turismo Carretera.

¿Empezaste a formar parte de otro mundo?

Lo más importante fue la felicidad de mi familia y especialmente de mi tío Gastón, que pasó la mayor parte de su vida corriendo y nunca pudo llegar al Turismo Carretera. Para colmo debuté y terminé primero en la serie y cuarto en la final. Ese año gané la última carrera del calendario en San Juan y tuve sensaciones encontradas porque tuve un cruce con Mauricio Lambiris. Él estaba peleando el campeonato, pero eso a mí no me importó, porque yo quería ganar mi primera carrera de TC. Se generó una gran polémica pero yo no sabía cuándo la iba a poder ganar. Encima ese auto volaba.

¿Sos uno más en el pueblo?

Todos los días intento ser uno más dentro de los 3500 habitantes, pero el afecto de la gente se percibe todos los días. Los Todino tenemos campo y hace años que nos dedicamos a la ganadería y agricultura. Además, mi papá y mi tío se asociaron y compraron un frigorífico en Carhué. Se llama frigorífico Alsina. Mi viejo de alguna manera cumplió un sueño porque era carnicero. Yo de pibe me iba con los empleados de la familia y me subía a las cosechadoras y al tractor. O, si no, me subía a los camiones y trasladábamos a los terneros. La vida de campo si no te gusta es imposible hacerla. No sabes las heladas que tengo encima.

¿Te lo cruzaste a Roberto Baggio en Rivera?

Roberto tiene campos en Rivera y dentro del pueblo es uno más de nosotros. No te creas que lo están llevando en andas todos los días por haber sido crack de la Selección Italiana, porque en los pueblos no te dan pelota. Creo que alguna vez dio una charla en el club o en la escuela, pero no deja de ser uno más. La chacra de Roberto se llama “La Chiquita” y tiene una linda laguna. Nuestro encargado también trabaja con él. Baggio siempre anda con sus perros y le tira a todo lo que anda por el aire porque le gusta la caza.

Fuente: Con información de TN

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