Opinión

Francos, después de la internación: niegan problemas con Santiago Caputo y apuntan a una operación del macrismo

En el entorno del jefe de Gabinete descartan que haya querido renunciar y minimizan su enojo por lo que sucedió con la Ley de Acceso a la Información Pública. Desde su hogar, sigue conectado con la gestión

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En el entorno de Guillermo Francos están seguros de que el jefe de Gabinete regresará a trabajar a la Casa Rosada entre mañana y el jueves. El domingo fue internado de urgencia por un cuadro gastrointestinal agudo que derivó en una lipotimia (una pérdida de conocimiento momentánea). Al día siguiente, cuando fue dado de alta, la primera pregunta que tuvo que responder fue si seguía en su cargo. “Sí, sí. Continúo”, dijo. En tan solo algunas horas se había instalado que su descompensación se había producido luego de una fuerte pelea Santiago Caputo y que hasta había planteado que iba a renunciar. Sus allegados desmienten todo: dicen que fue una “operación del macrismo”, califican la jugada como “un golpe bajo” y aseguran que está firme en su puesto.

Francos se recupera en su hogar con la compañía de su esposa y su hijo menor de edad. En el entorno del jefe de Gabinete insisten en que se trató de un cuadro menor y que la internación fue por prevención, para hacer controles. Está activo y durante el día se comunicó con su segundo, Lisandro Catalán. “No hay ninguna interna, repiten.

En el despacho del jefe de Gabinete tienen una teoría sobre el origen de esta información: “Esto viene del macrismo, que siempre intenta pegarle a Santiago”, dicen. Para la tranquilidad del funcionario, o al menos esos dicen, nada les hace sospechar que el ruido haya salido desde el interior del Gobierno. Y, aunque están acostumbrados a los cruces de información, esta vez se mostraron molestos. “Es un golpe bajo salir a decir algo que no es con un tipo que está internado”, se quejan.

Durante el día, Caputo estuvo en Casa Rosada y visitó el despacho de Francos. En el equipo insisten en que esa es una señal que debe interpretarse a favor de la inexistencia de una interna y que, si hubo algún tipo de discusión o debate no fue más que un ida y vuelta laboral. “A diferencia de lo que pasaba con (Nicolás) Posse, que quería manejar cosas que le interesan a Santiago, Guillermo no le disputa nada”, agregan.

Francos: funcionario de diálogo estratégico o jefe de Gabinete desautorizado

Este nuevo capítulo de las eternas internas libertarias comenzó el día que Francos se presentó en la Cámara de Diputados y respodió los cuestionamientos a la nueva reglamentación de la Ley de Acceso a la Información Pública: “Modificaremos el decreto si fuera necesario, haremos las consultas, estamos dispuestos a analizarlo”, fue la respuesta del jefe de Gabinete a los legisladores. Sin embargo, cuando el vocero presidencial, Manuel Adorni, se refirió al tema lo negó: “Nosotros siempre estamos dispuestos, a que, si tenemos que modificar algo, modificarlo. No va a ser este el caso”.

La respuesta de inmediato se interpretó como una desautorización. Es más, trascendió que Francos tuvo una discusión telefónica con Adorni. Esa misma tarde, Eduardo Feinmann le planteó el asunto al jefe de Gabinete: “Usted tiene un rol institucional clave contra alguien que es asesor del presidente, que es simplemente un contratado”, dijo el periodista. “Yo cumplo un rol constitucional, que está establecido en el artículo 101 de la Constitución Nacional. Santiago Caputo es un asesor de confianza del presidente y, como tal, el presidente lo escucha y es razonable. Muchas veces el presidente ha dicho que él, su hermana y Santiago Caputo conforman el triángulo de hierro. Pero a mí el presidente me designó porque tiene confianza para ejercer este rol como jefe de Gabinete”, contestó.

En el entorno de Francos hay quienes reconocen que esa respuesta alimentó los rumores de tensión y que “hay cuestiones que deben resolverse puertas adentro”. Reconocen que la molestia existió, pero la minimizan y dicen que no fue más que un ida y vuelta laboral. Es más, subrayan que la declaración del jefe de Gabinete en el Congreso fue estratégica: “La Libertad Avanza tiene minoría y hay que hacer negociaciones. Guillermo, que es quien cumple el rol del dialoguista, solo les dijo ‘manden lo que quieran y lo vemos'”, cuentan sus allegados.

Fue el mismo Feinmann quien, unos días después, contó que el jefe de Gabinete habría expresado que podía poner a disposición su renuncia.

El decretó que limitó el acceso a la información pública se convirtió en uno de los grandes temas de las últimas semanas para un oficialismo que viene con tropiezos parlamentarios por tema jubilaciones y universidades y también hacia el interior del bloque, tanto en Diputados como en el Senado. Sin embargo, el oficialismo no dará marcha atrás con la reglamentación y no solo por Caputo. “Es un tema en el que están totalmente de acuerdo también Karina Milei y el propio Javier Milei. ¿De verdad alguien cree que Guillermo va a contradecir al propio presidente?“, remarcan los allegados al jefe de Gabinete.

Más allá de los esfuerzos por desmentir la interna, lo cierto es que Francos no fue el único involucrado en la historia del decreto. Según publicó Clarín, apenas el jefe de Gabinete respondió este tema en el Congreso, Martín Menem se habría comunicado con Karina Banfi, la vicepresidenta de la comisión de Libertad de Expresión para comenzar a evaluar la revisión de la reglamentación.

Pocos minutos después, la diputada habría recibido un llamado de la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal Murphy, que luego de una breve conversación le pasó con Caputo: “El decreto es la posición del Gobierno y no se modifica”, habría la frase del asesor presidencial que reprodujo el medio. En el entorno de Francos no le dieron mayor importancia a esta versión y, ante la consulta sobre esta conversación, los voceros del presidente de la Cámara de Diputados repsondieron: “Es difícil saber. Martín habla con decenas de diputados todos los días”.

Después de semanas de que se acumularan peleas internas (reales, operadas, exageradas o negadas) y del avance de la oposición, el Gobierno apuesta a recuperar la centralidad de la agenda a partir del domingo, cuando Milei se presente en el Congreso para presentar el Presupuesto 2025. Además, hay confianza en los números para blindar el veto de la ley de movilidad jubilatoria. Francos respira y espera quedar, al menos por un tiempo, fuera del ojo de la tormenta. Más de uno le endilgó las derrotas parlamentarias, pero a partir de ahora serán los economistas de La Libertad Avanza los que deban defender la gestión libertaria.

Fuente: Por Giselle Leclercq (para Perfil)

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