Historias

Habla el rugbier que salvó la vida de un rival que había sufrido un paro respiratorio: “No caigo”

Ezequiel Echeveste (36) socorrió a Lucas Cedarry (23) en medio de un partido entre San Ignacio y Sporting, el pasado sábado. Las maniobras de RCP y Primeros Auxilios que le realizó en forma veloz y efectiva sirvieron para que el joven pudiera ser compensado y trasladado a una clínica, de la que este lunes recibió el alta.

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Ezequiel Echeveste es comerciante y guardavidas, pero lo que más hizo hasta ahora, durante sus 36 años, fue jugar al rugby: desde los 5, según recuerda, corre apasionado detrás de la pelota ovalada. Disputó cientos de partidos y muchos de ellos le parecen inolvidables, aunque ninguno como el del pasado sábado, cuando en plena disputa entre su club, San Ignacio, y Sporting, salvó de la muerte a Lucas Cedarry (23), un rival que había sufrido un paro respiratorio por un golpe.

La noticia lo que pudo ser una desgracia fatal y no lo fue gracias a su rápido accionar tomó relevancia pública al publicarse en la prensa, pero 48 horas después del suceso, Echeveste dice que todavía no toma dimensión de lo que hizo. “Fue un momento complicado en el partido: yo estaba jugando, con las pulsaciones muy altas, y justo salía de un scrum… Me di vuelta y estaba Lucas tirado en el piso, porque había recibido un golpe… Estaba teniendo una convulsión. Entonces me acerqué, le sostuve la cabeza, lo puse de costado para que no se ahogara y después de que terminó la convulsión, entró en un sueño profundo, y no se movía”, relató el pilar en diálogo con LA CAPITAL. Y agregó: “Justo estaba el médico de la cancha, que le tomó los signos vitales y no respiraba ni tenía pulso. Entonces ahí no dudé un segundo, y empecé a hacerle la maniobra de RCP”.

Echeveste contó que se capacitó en Primeros Auxilios en varias oportunidades, lo cual le hizo sentir que podía hacerse cargo de la situación, a pesar de la tensión reinante. “Hice el curso de guardavidas en 2007, 2008, y la capacitación en RCP era muy básica, pero después fui capacitándome por mi cuenta y el club San Ignacio también nos hizo hacer otras capacitaciones, a jugadores, entrenadores… Siendo guardavidas saber maniobras de Primeros Auxilios es clave, también me ayudó a mantener la frialdad. Actué lo mejor posible”, explicó.

Acto seguido, el hombre que es propietario de las tres panaderías Bogaty, reconoció que mientras realizaba las maniobras de RCP, “otros compañeros adentro de la cancha también reaccionaron rápido”. “Uno corrió al buffet a buscar el DEA (Desfibrilador Externo Automático), y cuando volvió, otros de los chicos que son de la Fundación Desfibrilar lo ayudaron a ponerle los parches del DEA… Fue todo muy rápido y se trabajó en conjunto; el médico le colocó una vía respiratoria y yo seguí haciéndole masajes de RCP, hasta que Lucas pegó la bocanada de aire. En ese momento me volvió el alma al cuerpo”, reveló Echeveste.

Y añadió: “Después esperamos la ambulancia, que tardó un tiempo también… Unos 25 minutos entre todo. Fue un momento muy difícil, pero hoy le dieron el alta: hablé con él, con la familia y con el padre, que me llamó, me escribió muchas veces agradeciéndome, diciéndome que no tenía palabras para agradecerme. Y muchos de Sporting me estuvieron hablando, agradeciéndome. Me escribió hasta el intendente (Guillermo) Montenegro“.

Al ser consultado por la reacción de Cedarry, Echeveste comentó que, cuando se comunicaron, “él todavía no caía”. “No tiene dimensión, primero, porque no se acuerda de nada… Se despertó en la clínica. Lo que sabe se lo contaron los familiares, porque en la cancha estaban el hermano y el papá. Y yo todavía no le veo la dimensión a lo que hice tampoco… Estoy orgulloso pero recién anoche, mientras me dormía, entendí un poco más lo que hubiese pasado. Fue todo muy loco… El sábado no había podido dormir de la adrenalina que tenía, fue complicado”, señaló.

Para finalizar, deseó que “ojalá que esto sirva para que mucha se capacite”. “Es muy importante y te puede salvar una vida: cuanto más rápido actúe mejor es… Lucas tuvo un paro respiratorio pero no tuvo un paro cardíaco… Gracias a Dios no le quedaron secuelas, salió de la clínica lo más bien, como si nada, que para eso fue fundamental la rapidez que tuvimos en el accionar”, concluyó.

Fuente: Con información de La Capital

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