
En medio de la vorágine mediática y política que atravesó San Nicolás durante las primeras semanas de diciembre —marcada por distintos factores, como el “show” de Santiago Passaglia en la Legislatura bonaerense o las tradicionales presentaciones de la ordenanza Fiscal y Tarifaria para elevar aún más las tasas el año entrante— quedó en segundo plano un proyecto del oficialismo que busca aprobar la venta de 169 lotes municipales.
“El proceso de venta y adjudicación de los lotes debe entenderse como parte de una política pública integral, tendiente a acompañar el crecimiento planificado de la ciudad, consolidar su perfil industrial, productivo y logístico, y dotar al Municipio de recursos económicos que serán destinados a obras de alto impacto social, especialmente en materia de salud pública, como la ampliación del Hospital Zona Oeste, la mejora de los servicios médicos prestados a la comunidad y la culminación del Hospital Zona Sur”, sostiene el documento que lleva la firma del intendente y del secretario de Gobierno, Matías Grams.
Una postura que resulta llamativa si se tiene en cuenta el cierre sistemático de salas de atención primaria llevado adelante por esta gestión, la construcción de un centro de salud con fondos públicos asignado a la gerencia de la firma Grupo Oroño e incluso el intento de despojar a la delegación de Conesa de su única ambulancia, ocurrido casi un año atrás.
En ese mismo sentido, también resulta sorpresiva la decisión de fortalecer las arcas municipales en una ciudad que, según había señalado el propio Manuel Passaglia antes de las elecciones de medio término, cuenta con un 53 % de superávit, una cifra que, a la luz de los hechos, parecería no alcanzar para invertir en los vecinos y vecinas.
Falta de transparencia
Ante la presentación del proyecto por parte del Poder Ejecutivo, los bloques de Fuerza Patria y Unión por la Patria elaboraron un informe que pone el foco en las parcelas incluidas en la iniciativa. Según ese relevamiento, la superficie total alcanzaría los 1.235.338 metros cuadrados, equivalentes —a modo ilustrativo— a unas 170 canchas de fútbol reglamentarias, de acuerdo con medidas FIFA.
Si bien algunos de los terrenos corresponden al Parque Industrial Norte o a zonas aledañas, como indicó el Municipio, el informe señala que al menos 34 parcelas incluidas como prescindibles —bajo el argumento de que no cuentan con servicios públicos— comprenden espacios con uso social. Entre ellos figuran la cancha de baby fútbol del Club San Jorge, una plaza cercana al Cementerio Municipal en el barrio Alto Verde y un inmueble utilizado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), todos con una carga comunitaria significativa.
Asimismo, desde el peronismo también se cuestiona el valor de mercado asignado a distintos catastros y la legalidad de las licitaciones o ventas directas que podrían estar acordadas de antemano en el ámbito municipal. Como ejemplo, se menciona la manzana donde funcionaba el CEMAC, incluida en el proyecto de ordenanza, así como terrenos cercanos al Ecoparque, con vista directa al río. A esto se suma un amplio espacio de aproximadamente 270.000 metros cuadrados lindero al barrio Los Provincianos, sectores que pasarían a manos privadas con un retorno comunitario poco claro.
¿Explotación de terrenos municipales?
Entre los datos incorporados por la oposición, uno de los más resonantes se ubica en el barrio Somisa. En el listado de terrenos informado por el Municipio el 11 de noviembre, aparece un desarrollo inmobiliario que, según fuentes del peronismo consultadas por Cosa Cierta, habría comenzado al menos un año atrás.
Incluso, ya se registran construcciones en estado avanzado, identificadas con el cartel de la firma privada que ejecuta las obras, aunque —según se desprende del informe— los terrenos aún no habrían sido transferidos formalmente. Esto abre el interrogante sobre si una empresa estuvo obteniendo rédito económico durante años sobre tierras que, hasta fechas recientes, pertenecían al patrimonio municipal.
A partir de este punto, también se plantea la incógnita sobre cuántos acuerdos similares podrían existir entre el passaglismo y otros desarrolladores inmobiliarios, en un contexto donde los procesos de venta o licitación no siempre son informados. Lo cierto es que, pese a contar con un superávit sostenido por tasas municipales elevadas, San Nicolás se ha transformado en un gran loteo.



