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Inseguridad y caos vial: dos problemáticas locales que esperan respuestas

Con más de mil robos en lo que va del año y un promedio de tres siniestros viales por día, la ciudad enfrenta un escenario crítico. Las cifras preocupan y la ausencia de políticas públicas sostenidas agrava una situación cada vez más visible en las calles

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San Nicolás atraviesa una situación que, con el correr de los años, profundiza su gravedad. Decenas de hechos delictivos diarios provocan que el miedo de los ciudadanos sea cada día mayor y, a esto, se suma una innumerable cantidad de accidentes de tránsito semanales. Ambas problemáticas, lejos del interés del Ejecutivo.

La “calle virtual” generalmente es el reflejo de una sociedad que pide a gritos políticas públicas que aborden las problemáticas de la vida cotidiana de los vecinos, situaciones palpables en la calle real, con un termómetro social que ya ha estallado.

En San Nicolás, el embudo de los pedidos de la ciudadanía decanta en la necesidad de abordar de manera urgente, desde los sectores de toma de decisiones, políticas públicas que comiencen a mostrar trabajo y gestión respecto a dos cuestiones claves: inseguridad y tránsito.

En disonancia con esto, en la calle virtual de los “hechos”, la cosmética parece ser la única verdad de una realidad completamente alejada de la cotidianeidad de los vecinos. Mientras planes de arbolado y la desgastante política de espacios verdes parecen ser la única preocupación, detrás del maquillaje se hace insostenible un crudo escenario imposible de rebocar.

Inseguridad

La situación es, mínimamente, alarmante. Las denuncias no cesan, como consecuencia de un efecto que dejó de ser ola para convertirse en tsunami. Cada día son más los barrios afectados en las diversas zonas de la ciudad por los robos callejeros, e incluso allanamientos de morada, popularmente conocidos como “entraderas”.

Si bien la noche, y específicamente la madrugada, se convierten en el contexto perfecto para el accionar de los dueños de lo ajeno, los límites se han borrado y cualquier horario del día es propicio para hechos delictivos en una ciudad que parece ser tierra de nadie y que encuentra a la sociedad completamente desprotegida.

La falta de seguridad, sumada a otros factores con estadísticas preocupantes como el sorprendente aumento de la circulación de drogas —otra problemática desatendida— ha dado lugar a todo tipo de robos, incluso a mano armada.

Un informe publicado por el Departamento Judicial de San Nicolás, en el cual se analizan los hechos delictivos sucedidos en 2024, detalló un incremento de 882 casos respecto al año anterior. Además, se produjeron 9 homicidios consumados, 15 tentativas y 5 homicidios agravados. Por su parte, las denuncias por abuso sexual con acceso carnal fueron 61, representando un incremento superior al 5 %, en tanto que otros delitos contra la integridad sexual aumentaron por encima del 17 %.

En el mismo informe, se detalla un incremento del 11,8 % de hurtos simples, 12 % de hurto agravado y los robos, con 1.093 procesos iniciados, marcaron una suba del 16,3 %.

Tránsito

El caos es ley. Quienes deberían encargarse de regular normas que faciliten la vida en convivencia de la ciudadanía, lejos de pensar soluciones para las calles, solo brindan arreglos cosméticos para sus veredas y canteros.

La “anomia boba” que definía el jurista y filósofo Carlos Nino en su libro Un país al margen de la ley encuentra respaldo al ser comparada con la dramática situación del tránsito en San Nicolás.

El comportamiento cotidiano en las calles es un claro ejemplo: las normas se infringen por un sinfín de variables, pero gran parte tiene que ver con la falta de regulaciones, políticas ineficaces e incluso inexistentes, generando un entorno donde el caos vehicular no es una excepción sino una expresión más de una sociedad acéfala, acostumbrada a vivir al margen de la ley tanto como sus políticos gobernantes. Una actitud pragmática y desorganizada que debilita a las instituciones.

En 2024, la ciudad contó con un promedio de 78 accidentes por mes, lo que representa alrededor de 2 a 3 accidentes por día. En 2025, Avenida Savio, tanto como otras arterias y sectores claves de la ciudad, se han convertido en escenario de múltiples accidentes de tránsito, sin ver acciones o políticas públicas apuntadas a terminar con esta problemática que, en el peor de los casos, se lleva vidas y, muchas otras, deja lesiones graves, algunas veces irreparables.

La necesidad de acción y políticas públicas en territorio, sin exportación de responsabilidades, es total. Mucho más que discursos de contienda política o electoral disfrazados de “callejón del centro”. En la calle real, la realidad es hostil y la ciudadanía convive con el temor.

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