
El 8 de abril llegó a San Nicolás para reemplazar a Nicolás Maffei. Enseguida, se erigió en referente con su personalidad y ejemplo a la hora de entrenar. Belgrano se potenció con el arribo de Juan Segundo Menna, base de 1,80 metro y 26 años.
–¿Te acordás por qué empezaste en básquet?
–Porque me enfermaba mucho en los deportes al aire libre y mi viejo jugó al básquet toda su vida, así que me llevó a su club y ahí arrancó la historia.
–¿Cómo se ve el Juanse actual?
–Mucho más maduro. Por ahí no se divierte tanto como aquel chico de la infancia, aunque trata de hacer lo que le gusta y ser competitivo siempre.
–¿Cómo fue tu infancia en Tres Arroyos?
–Buena. Gracias a mi familia nunca me faltó nada, siempre acompañando y apoyándome en lo que quería.
–¿Qué sabías de San Nicolás y de Belgrano antes de venir?
–No mucho. Me tocó jugar en contra y sabía que se vive con mucha pasión y euforia, así que me entusiasmó venir enseguida.
–¿Con qué club te encontraste?
–Muy familiar, de mucha gente humilde que trabaja para que crezca el deporte y una hinchada apasionada.
–Arribaste y el equipo tuvo las dos peores derrotas. ¿Te asustaste?
–No sé si me asusté. Sentí que había que mejorar mucho al tener equipo nuevo y jugador nuevo. Se habló, se modificaron cosas, se trabajó mejor y logramos el cambio que queríamos.
–¿Por qué lograron el 1 resurgiendo en La Plata y Zárate?
–Porque cambiamos rápido el chip, comprendimos roles y empezamos a entender cómo jugar. Somos buenos, no mejor que nadie ni peor. Humildes y trabajosos. Podemos lograr grandes cosas.
–¿Qué expectativas tenés ahora?
–En lo colectivo, jugar la final del ascenso. Hay material, hay que darse cuenta de la situación y poner todo en práctica. En lo personal, vengo a dar una mano y hacer que el club pegue el salto deportivo.
–¿Cómo es ser dirigido por Lucas Mazzoni, más joven que vos?
–Hay que tener coraje para dirigir un equipo de mayores que jugaron otras categorías y ponerle el pecho como lo hace Lucas, que es una persona que lo vive diferente porque es hincha del club. Quiere lo mejor y eso empuja. Tiene herramientas y se deja ayudar, así que es un lindo aprendizaje para los dos.
–¿Cómo sobrellevás la presión de liderar al equipo?
–Ellos me permiten liderar y me escuchan como yo lo hago con ellos. Saben lo que me gusta esto, cómo entreno y me siguen al pie del cañón. Todos somos uno solo y nos apoyamos. El equipo en sí es líder y va al mismo objetivo.
–¿Vas por la Liga Nacional?
–Vengo de hacer un buen torneo en Liga Argentina y tengo 27 años. Mi objetivo es subir de categoría, sé que puedo y entreno para hacerlo. Sería un lujo jugar la Liga y lo tengo como meta este año.
–¿Cuál es tu sueño?
–Me propongo metas cortas. Al principio era ascender con Centenario, después jugar bien Liga Argentina, ahora llegar a la Liga A. Ascender con Belgrano es la meta más próxima, pero mi sueño es poder jugar alguna ventana FIBA con la Selección y establecerme en la Liga.
Un mensaje a los hinchas: “No nos conocemos mucho, pero para que el sueño se dé, los necesitamos. Hay que hacer sentir la localía: nosotros vamos a dejar todo. Las cosas buenas se le dan a la gente buena y laburadora, así que, cada uno aportando lo suyo, tanto adentro como afuera, vamos a hacer que pase. Vayamos a la cancha a alentar y juguemos todos juntos estos playoffs.”