
Una noche de viernes, Regatas despidió a un ídolo. Es que Patricio Luis Rodríguez Lo Calzo, “Pato”, se ganó esa condición para siempre. En la previa de la paliza sobre Costa Brava (25 de Mayo), la dirigencia náutica le rindió tributo y despidió a un referente insoslayable. Campeón de la Liga Nacional con Boca en 2006, ascenso a la A con Montegranaro en Italia y del Pre-Federal con Regatas, el alero jugó en las selecciones de Argentina Sub 20 y Sub 21. Con la azul-naranja, actuó de 2000 a 2003 y de 2021 a 2025. A sus 40 años, el papá de Vito y esposo de Rocío, nacido en Luján, habló de lo vivido con GOLAZO.
¿Cómo viviste el homenaje?
Con muchísima emoción. Fue una noche muy especial, llena de recuerdos y de cariño de la gente. Lo más lindo y lo que más me llegó fue que algunas personas me dijeron que se acercaron solo porque habían leído del homenaje, o que chicos muy chiquitos se acercaran o me escribieran por redes para agradecerme. Eso me emocionó de verdad.
¿Qué es Regatas en tu vida?
Regatas es mi casa, mi familia. Es el lugar que me formó como jugador y también como persona. Tiene una importancia enorme en todo sentido, no solo en lo simbólico: fue el lugar donde debuté como profesional, y aunque oficialmente no pude retirarme en ese mismo piso, sí lo hice en el mismo club, en el club de mis amores.
¿Cómo es la vida sin el básquet ni Regatas?
La realidad es que nunca voy a dejar esas cosas. El básquet sigue estando en mi vida, aunque ahora de manera recreativa: juego en el club con las categorías de mi edad (jaja) y también con un grupo que nos juntamos los miércoles en San Martín. No voy todos los días a todos los lugares, pero siempre que puedo voy, porque me gusta y lo disfruto.
Y al club sigo viniendo, no voy a dejar de venir ni de estar presente en los partidos para alentar como hincha.
¿Lo que quieras agregar?
Quiero agradecer siempre a mis papás, Luis y Diana, a mis hermanas, sobrinos, a mis tíos y primos que no pudieron estar, y a mis amigos, tanto los que estuvieron físicamente ese día como los que no. Hay muchísima gente que me acompañó durante todos estos años, incluso viajando a verme a distintos lugares, y que por distintas razones no pudo estar presente en el homenaje.
Y, por supuesto, mi agradecimiento eterno a Regatas, el club que me dio tanto dentro y fuera de la cancha y que siempre voy a llevar conmigo. Dejo lo más importante para el final: mi familia, Ro y Vito, que son mi faro, mi motor y mi todo. Nada de lo que viví y vivo tendría sentido sin ellos a mi lado.