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“Lo tuvieron 25 días sin comer ni tomar agua antes de llevarlo al hospital”

Familiar de un detenido en la Unidad Penal N° 3 de San Nicolás se contactó con Cosa Cierta para hacer visible el trato inhumano que recibió el interno

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Néstor Riquelme compró una camioneta usada, la cual había sido utilizada para un robo, sin que él lo supiera. Tras el proceso judicial correspondiente, quedó detenido en la Unidad Penal N° 3 de San Nicolás, con una condena de cinco años (lleva tres años detenido). La Justicia sostuvo que fue parte del robo, aunque Néstor hasta el día de hoy sigue diciendo que es inocente, que fue detenido injustamente y que nunca existieron pruebas contundentes en su contra.

“A principios del mes de noviembre comenzó a sentirse mal, con una puntada fuerte en el estómago. Ya alrededor del 20 de noviembre no pudo comer ni tomar agua por el dolor. Lo tuvieron 25 días sin comer ni tomar agua antes de llevarlo al hospital. Recién cuando ya no podía caminar más le dieron suero y un ibuprofeno, lo mismo que le daban siempre en Sanidad de la Unidad”, dice Susana, familiar del detenido, que hoy se encuentra internado en el hospital San Felipe.

“Hasta que no lo sacaron al hospital no sabíamos qué tenía. Finalmente era una obstrucción en el intestino, un tumor”, agrega Susana, quien no puede esconder la indignación.

“Logró salir a partir de los pedidos realizados por su abogado, con dos órdenes médicas y una orden del juez. El abogado tuvo que realizar el pedido varias veces para que el detenido sea trasladado a operarse, pero desde el Servicio Penitenciario respondían que no había personal dispuesto para el operativo de traslado”, explica, y agrega:

“Cuando logramos que lo trasladen para la operación, lo hicieron bajo un protocolo exagerado: usaron alrededor de 30 penitenciarios, drones y hasta personal que trajeron desde la ciudad de La Plata. Una exageración total”, aseguró Susana, que está dispuesta a hacer visibles situaciones como las que cuenta y que, según afirma, suceden tras los muros de un sistema de castigo vedado a los ojos de la ciudadanía.

“En estos momentos está internado en el hospital. También es una exageración la cantidad de penitenciarios que lo están vigilando: hay cinco dentro de la habitación y uno en la puerta. Mirá si el trato será inhumano que recién salía de la operación y lo esposaron de pies y manos”, cuenta para finalizar.

“Estamos esperando los resultados de la biopsia para saber si el tumor es maligno o benigno y poder comenzar con la quimioterapia, y posiblemente también un arresto domiciliario”.

“Recién salía de la operación y lo esposaron de pies y manos”

El objetivo de Susana es visibilizar el trato inhumano que reciben los detenidos en las cárceles de la provincia de Buenos Aires.

“Cuando otro familiar mío corrió con la misma suerte, vi cosas iguales o peores, que tienen que ver con el trato, el derecho a visita y la espantosa comida que sirven en las unidades penales”, expresa Susana, y como anticipándose a respuestas o pensamientos frecuentes en parte de la sociedad, afirma:

“Es una tortura física y psicológica tener a una persona con una cicatriz de 20 puntos en el abdomen, atada de pies y manos a la cama del hospital. Yo sé que los detenidos están cumpliendo una condena, que algunos son culpables y que otros serán inocentes, pero más allá de eso no podés dejar morir a una persona casi un mes sin comer ni tomar agua, habiendo una orden de un juez y de médicos para una internación urgente”.

Susana asegura estar intentando comunicarse con la Comisión Provincial por la Memoria, organismo de derechos humanos con sede en La Plata.

“Estoy intentando comunicarme con la Comisión Provincial por la Memoria para hacer una denuncia ante el organismo, que tengo entendido trabaja en las cárceles bajo el nombre de Comité Contra la Tortura, pero todavía no pude comunicarme con ellos”.

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