Lo que parecía que iba a ser un paseo para el gobernador correntino, se convirtió en un gran dolor de cabeza. Un mandatario provincial con alta aprobación de gestión, que ya no puede reelegirse, quiere dejar a su hermano en el trono, recurriendo al viejo truco de aprovechar el apellido. Algo muy semejante hizo el tres veces gobernador Ricardo Colombi, quien logró que fuera elegido su primo Arturo (con el mismo apellido) aunque esté lo traicionó, se independizó políticamente y terminó condenado por una causa de corrupción.
Enfrentando a una oposición desarticulada, daba la impresión que el futuro político del oficialismo era un camino de rosas… pero desapareció Loan y todo empezó a complicarse. En la medida que se fue extendiendo la historia, empezaron a suceder cosas que van más allá del pueblo 9 de Julio, contaminando ya a toda la política correntina. Además, el caso ganó la agenda nacional e incentivó a los canales porteños a sostenerlo en pantalla dado el rating que produce, desplazando de a ratos a las noticias económicas u otros hechos de inseguridad.
Lo cierto es la opinión pública correntina fue virando su mirada desde lo policial a lo político–institucional, y desde lo local a lo provincial. En ese punto se convirtió en un problema para el propio gobernador Gustavo Valdés, quien primero cambió al ministro de Seguridad, y ahora éste descabezó a la cúpula de la policía de Corrientes. Nada llega a tales extremos si se trata de un simple caso de delito, connivencias exclusivamente locales. Ya hace varias semanas empezaron a haber manifestaciones en la capital provincial, frente a la misma casa de gobierno, con reclamos al primer mandatario. Al tomar tal volumen, obviamente entro en acción también el gobierno nacional.
Una de las últimas noticias es que se pidió la declaración del senador provincial Pellegrini, mano derecha del gobernador y encargado de las finanzas de las campañas electorales de su jefe. Más allá de qué es verdad o no en la causa, lo cierto es que fue señalado por la hija de Laudelina como quien acompañó a su madre a declarar. Dicho senador tiene una larga carrera, siendo primero hombre de Arturo Colombi, luego de Nito Artaza, para finalmente recalar en el entorno de Valdés. Vale también agregar que la gran mayoría del actual gabinete provincial estuvo con el mencionado Arturo.
Si el caso Loan afectase negativamente al oficialismo provincial, Corrientes dejaría de ser una mera elección de continuidad para pasar a ser de interés nacional. Veamos algunas cuestiones del cuadro. Si Valdés sale desgastado, imponer a su hermano no será tan sencillo (el año pasado el exgobernador sanjuanino Uñac quiso hacer lo mismo con su prójimo Rubén, que perdió). En ese mismo espacio político quiere ir por su cuarto mandato Ricardo Colombi, pero si no puede ser el representante de la coalición de gobierno, podría verse tentado a ir por afuera.
El tercero en discordia es el senador nacional “Camau” Espínola, recientemente expulsado del peronismo correntino por haber votado la Ley Bases. ¿Podría ser candidato de LLA? Como resultante de eso, el justicialismo (intervenido) en teoría debería llevar también un candidato, que quizá se entusiasme frente a semejante panorama de fragmentación. Y como si esto fuera poco, el gobierno nacional empujaría la candidatura del diputado nacional Lisandro Almirón, lugar que querría para sí el exvicegobernador Gustavo Canteros, hoy opositor provincial. Como se verá, una linda ensalada.
Rispideces internas
Más allá del caso Loan, el actual gobernador ya había entrado en rispideces con su propia fuerza, el radicalismo, ya que lo acusan de creerse el dueño del partido. En este nuevo escenario, todos los enojados ahora le pasan factura y algunos ya dan por caída la alternativa familiar. Luego, más allá del nivel de aprobación, la gestión venía teniendo fisuras de diverso tipo que se evidenciaron más con el tema policial. Todo eso en un marco crítico desde el punto de vista socioeconómico que está enardeciendo el ánimo popular, en una sociedad que siente la pérdida de la paz social que reinó durante casi un cuarto de siglo. Al pasar la causa a la justicia federal, Valdés perdió el control político de la situación, y la situación podría empeorar si se ventilasen otros “Loan” que no trascendieron. En su entorno imaginaron que la Copa América iba a distraer la atención, pero no fue así.
En ese marco, el ala política de Milei imagina que puede ser una buena oportunidad para tener el primer gobernador propio, con todo el aliento del Estado nacional detrás, aprovechando la fragmentación. La ministra Bullrich, naturalmente involucrada con el tema, está tratando de tallar en la cuestión. Pero “los otros también juegan”. Desde Insfrán hasta Massa están operando por estas horas para llevar agua para su molino.
La elección para gobernador siempre se realiza en una fecha distinta de la nacional. En 2021 fue a fines de agosto, y en principio Valdés estaba planificando la de 2025 para junio. Pero con estos acontecimientos, quizá deba recalcular la conveniencia para que esté lo menos contaminada posible de este lamentable caso, aun sin resolución.
Por último, vale apuntar que lo que era la alianza gobernante ECO, de la mano de Valdés se transformó en Vamos Corrientes. Esto es un signo de que la provincia deberá acostumbrarse al liderazgo del actual gobernador, que desplazó al de Ricardo Colombi.
Fuente: Por Carlos Fara (para La Capital)