Sociedad

Los cinco hábitos que dañan la salud intestinal

Especialistas advierten que conductas cotidianas pueden alterar el equilibrio del microbioma, afectar la digestión y comprometer el bienestar general, aun cuando suelen pasar inadvertidas

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Diversos hábitos de la vida diaria pueden perjudicar la salud intestinal sin que muchas personas lo noten. Expertos en nutrición identificaron cinco conductas frecuentes que impactan negativamente en el equilibrio del microbioma y en el bienestar digestivo.

El intestino cumple funciones que van mucho más allá de la digestión: regula la inflamación, influye en los niveles de energía y refleja su buen estado a través de un microbioma diverso y la ausencia de molestias. Un intestino saludable permite tolerar una dieta variada, asegura la regularidad digestiva y aporta vitalidad. Sin embargo, ciertos hábitos pueden alterar este equilibrio incluso en ausencia de síntomas evidentes.

Estrés crónico

El estrés sostenido está directamente ligado a alteraciones intestinales. El conocido eje intestino-cerebro explica cómo las hormonas del estrés, como el cortisol, afectan la motilidad intestinal y modifican la microbiota.

Un meta-análisis publicado en Frontiers in Microbiology señala que el estrés prolongado incrementa la permeabilidad intestinal y favorece la inflamación, debilitando el sistema inmunitario. La Harvard Medical School también destaca que reducir el estrés ayuda a preservar la diversidad microbiana y a fortalecer la salud del intestino.

Falta o mala calidad de sueño

Dormir poco o de manera irregular afecta la microbiota, que también sigue ritmos circadianos. El descanso insuficiente reduce la diversidad de bacterias benéficas y estimula el crecimiento de especies poco saludables.

Un estudio en European Journal of Nutrition asocia la privación de sueño con menor diversidad microbiana y mayor inflamación de la mucosa intestinal. Harvard resalta que mejorar la higiene del sueño contribuye a equilibrar la composición del microbioma.

Alimentación monótona

Repetir los mismos alimentos limita la diversidad nutricional y reduce la variedad de bacterias intestinales. Investigadores señalan que una dieta más variada en frutas, verduras y alimentos integrales favorece la riqueza y la resiliencia de la flora intestinal.

Un análisis en Cell Host & Microbe demostró que incrementar el consumo de vegetales mejora la diversidad bacteriana y fortalece la respuesta inmunológica.

Evitar carbohidratos complejos

Prescindir de los carbohidratos complejos debilita la salud intestinal. Estos nutrientes actúan como el principal “combustible” de las bacterias beneficiosas. Su ausencia priva al microbioma de energía esencial y genera desequilibrios.

Según Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, una dieta baja en carbohidratos reduce la presencia de microbios útiles y se asocia con inflamación y deterioro de la barrera intestinal.

Uso excesivo de medicamentos

El consumo reiterado de antibióticos y antiinflamatorios no esteroides (AINE) daña el revestimiento intestinal y altera la composición bacteriana. Los antibióticos, en particular, pueden eliminar bacterias beneficiosas.

Estudios científicos muestran que el uso frecuente de estos fármacos aumenta la permeabilidad intestinal y provoca alteraciones prolongadas en la microbiota.

Cómo proteger la salud intestinal

Para fortalecer el sistema digestivo, los especialistas recomiendan variar la alimentación, preferir alimentos integrales, establecer un patrón de sueño regular y aplicar estrategias para manejar el estrés cotidiano. También sugieren recurrir a medicamentos solo cuando sea necesario y bajo supervisión médica.

El intestino cumple funciones que trascienden la digestión: una microbiota equilibrada influye en la inmunidad, en el aprovechamiento de nutrientes y hasta en la estabilidad emocional. Por el contrario, hábitos como la mala calidad de sueño, la alimentación limitada, el estrés prolongado o el uso abusivo de fármacos deterioran la flora intestinal, dañan la mucosa y favorecen procesos inflamatorios.

Adoptar prácticas de autocuidado orientadas a preservar el ecosistema intestinal fortalece la salud integral, mejora la resistencia a enfermedades y contribuye al bienestar físico y mental a largo plazo.

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