Sociedad

Oficinopatías: comprender y prevenir las dolencias silenciosas de la vida de oficina

Las largas horas frente a pantallas y posturas inadecuadas pueden afectar la salud sin que se note. Un experto en Medicina del Trabajo advierte sobre estas molestias acumulativas y habla de las estrategias para prevenir su impacto

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En un mundo laboral cada vez más sedentario, las llamadas oficinopatías —trastornos musculoesqueléticos y visuales relacionados con tareas repetitivas y posturas prolongadas— se convirtieron en una problemática silenciosa que afecta a millones de trabajadores en todo el mundo.
El médico especialista en Medicina del Trabajo, Bernardo Javier Marinatti, explicó a COSA CIERTA que estas dolencias, si no se detectan a tiempo, pueden derivar en lesiones crónicas que limitan la calidad de vida y el rendimiento laboral.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trastornos musculoesqueléticos como cervicalgias, lumbalgias y fatiga ocular son los problemas más frecuentes en ambientes laborales sedentarios.
Marinatti señaló que “la clave está en entender cómo las posturas prolongadas y movimientos repetitivos generan sobrecarga en músculos, tendones y vista, produciendo molestias que muchas veces pasan desapercibidas”.

Señales de advertencia

El especialista recomendó estar atentos a síntomas como: dolor persistente en cuello o espalda baja; tensión en hombros; rigidez matinal; fatiga ocular, visión borrosa o cefaleas tras varias horas frente a la pantalla; hormigueo o entumecimiento en manos por uso continuo del teclado y mouse; además de agotamiento mental, irritabilidad o dificultades para concentrarse.
“Reconocer estos signos permite actuar antes de que se conviertan en lesiones crónicas”, advirtió Marinatti.

Prevención basada en evidencia

La ergonomía es fundamental para reducir riesgos. Estudios demuestran que una inclinación cervical de 30 grados multiplica la carga sobre los músculos del cuello, mientras que permanecer sentado más de ocho horas incrementa significativamente el riesgo de dolor lumbar.
Entre las recomendaciones prácticas, se encuentra la regla 20-20-20: mirar algo a unos seis metros durante 20 segundos cada 20 minutos para aliviar la fatiga ocular.

Marinatti propuso gestos sencillos pero efectivos: realizar pausas activas de dos minutos cada media hora; ajustar el monitor a la altura de los ojos y a una distancia adecuada; mantener teclado y mouse con codos flexionados a 90 grados; aprovechar iluminación natural sin reflejos directos; tener agua visible en el escritorio y optar por comidas ligeras para mantener la energía.

Beneficios organizacionales

El especialista destacó que invertir en prevención no es un gasto adicional, sino una estrategia rentable:
“Adecuar los puestos de trabajo, capacitar en ergonomía y promover pausas regulares disminuyen el ausentismo, evitan licencias prolongadas y mejoran la productividad”.
La cultura preventiva requiere compromiso tanto del empleador como del trabajador: pequeños cambios diarios pueden marcar una gran diferencia.

Un enfoque integral

Más allá del aspecto físico, las oficinopatías también afectan la salud mental: estrés, ansiedad y fatiga mental suelen acompañar estas molestias físicas. Por eso, Marinatti insistió en que “el bienestar integral requiere espacios adecuados, diálogo abierto y políticas institucionales coherentes con el autocuidado”.

En conclusión, detrás de cada escritorio hay un cuerpo y una mente que necesitan cuidados reales. La prevención efectiva combina información clara, acciones cotidianas simples y un compromiso compartido para transformar los ambientes laborales en espacios saludables, donde salud y rendimiento se potencien mutuamente.

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