
La Categoría 2017 de fútbol infantil tuvo una jornada para el bochorno en Rosario. Padres de chicos de 8 años dieron un mal ejemplo deportivo y de convivencia a sus hijos cuando agredieron al árbitro, al que venían insultando durante el partido jugado en la sede de Adir (Agrupación Deportiva Infantil de Rosario). El referí tuvo que salir de la institución ubicada en Bordabehere al 1100 con custodia policial.
Los mayores que en lugar de alentar a sus hijos expresaron en forma violenta su disconformidad con el arbitraje eran del club visitante, Unión y Progreso.
Uno de los puntos álgidos del partido infantil, pero entre adultos, fue por un fallo del árbitro. Eso detonó una serie de cruces con los directores técnicos de Unión y Progreso. El referí lo zanjó expulsando a los DT del visitante, y como faltaba poco para que se cumpla el tiempo del partido, lo terminó ahí nomás. En vez de calmarse, la situación empeoró.
Al vestuario
«Cuando el árbitro salió de la cancha, lo estaban esperando y lo empezaron a insultar y a agredir», relató sobre el incidente el presidente de Adir, René Montoya. Su esposa, Silvia, oficiaba como responsable del partido y tuvo que resguardar al árbitro en un vestuario y ella colocarse en la entrada para bloquearla.
El dirigente describió la alta tensión acumulada: «Gente que quería ingresar a toda costa (al vestuario), pateando la puerta y tratando de llevarse todo puesto».
Montoya resaltó que fue el desenlace de un clima enrarecido gestado antes. «Cuando el réferi se dirigió a completar las planillas, ya había padres que lo insultaban y ya lo estaban esperando», recordó.
Tolerancia cero
El titular de Adir habló sobre la actitud de los padres. «En nuestro club hacemos hincapié en que deben ser tolerantes y no deben engancharse en situaciones de violencia, que deben pensar en que están delante de sus hijos. Esa es la manera de actuar para que todo no se pase a un incidente grave», refirió.
Las autoridades de Adir llamaron al 911 al ver que se desmadraba la situación, llamaron al 911. Varios móviles llegaron hasta el club. Y los uniformados debieron resguardar al árbitro a la salida de la institución.
“Los niños vieron a los padres pelearse. Es el deporte que eligen sus hijos, por culpa de los grandes esto termina de una manera fea que no es ejemplo de nada”, expresó Montoya.
Fuente: Con información de El Ciudadano



