Opinión

Para esto sí debe haber plata

banner-noticia
banner-noticia

Mientras un pelotón, de funcionarios de distintos rangos, siguen viajando a destajo por el mundo, un puñado de los chicos y chicas más destacados se ven anclados en Buenos Aires bajo el lema ¨No hay plata¨. Las Olimpíadas en distintas disciplinas tienen una larga historia en Argentina y hemos sabido cosechar innumerables logros a lo largo de los últimos 40 años.

Estos estudiantes, apasionados por la ciencia, estudian, se esfuerzan, compiten, se agigantan a lo largo de su escolaridad. Forman parte de un colectivo que tiene poca visibilidad porque no pertenecen al grupo de donde emergen los Maradona o los Messi, pero sí podrían ser parte de los menos considerados por la sociedad y de los cuales surgieron Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein.

Adolescentes a lo largo y ancho del país participan de las Olimpíadas de Matemática, Física, Química, Astronomía, Biología o Informática entre otras y después de una serie de instancia escolares, regionales, provinciales y nacionales llegan a un selectivo ultra exigente de cuyas entrañas surge un grupo de entre 4 y 6 jóvenes que nos representan en Olimpíadas Internacionales en diferentes puntos del planeta.

Este año, por ejemplo, la Olimpíada Internacional de Biología se realizará en Astana -Kazajistán- del 7 al 14 de julio, la Olimpíada Internacional de Informática será en septiembre, en Alejandría, Egipto; el certamen de Matemática se lleva adelante desde hace 75 y esta vez la cita es a mediados de julio en Bath -Reino Unido-; la competencia internacional de Química es en Riad, Arabia Saudita.

A cada competencia asiste un grupo de chicos acompañados por uno o dos profesores universitarios que son parte de un equipo que los entrena muy duro durante semanas. Pero el placer por el conocimiento supera cualquier obstáculo. Bueno, casi cualquiera, porque a menudo estos jóvenes necesitan fondos para solventar pasajes aéreos, hoteles y comidas.

Son pibes del Instituto Politécnico de Buenos Aires, del ILSE, de la Escuela Nuestra Señora de Fátima, del Instituto Industrial Huergo, de la EETP N°279, del Instituto Politécnico Superior General San Martín, del Colegio Nacional de Buenos Aires, de la Escuela Técnica ORT, de la Escuela Técnica N° 469, del Colegio Anglo Americano Alta Gracia, de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, del Colegio Nacional de Monserrat, de la Escuela Técnica Arq. Fco. Pinaroli, de la E.E.T.P N°696, de la Escuela Paritaria Italo Argentina Dante Alighieri, de la Escuela Experimental ProA de La Falda entre muchísimas otras.

Parece que para esto en el país ¨no hay plata¨. ¿Pueden algunos funcionarios ser tan obtusos e incapaces para malograr estas actividades? ¿Pretenden acaso hacernos creer que el Ministerio de Desarrollo Humano -que este año no compró 14 millones de libros- o que el Senado de Nación que discontinuó el “Premio a las Ciencias Matemáticas” y que eran quienes regularmente financiaban estos viajes no tienen los fondos suficientes? No. No podemos permitir que ellos hagan de la Argentina una nación empobrecida intelectualmente.

Fuente: Por Gustavo Zorzoli, presidente de la Fundación Educar en Ciencias y exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires

banner-noticia

Artículos Relacionados

Volver al botón superior
×