
Un perro de raza pitbull mató el lunes a una nena de un año y siete meses en el barrio Libertad de Mar del Plata. El terrible episodio ocurrió en la casa del abuelo de la pequeña, donde el perro la atacó. El animal se le tiró directo al cuello, la mordió, y la agresión fue letal: los vecinos intentaron salvarla y no lo lograron. Ahora la Justicia investiga cuáles fueron las responsabilidades en lo ocurrido.
Un día después de la muerte, el fiscal de Delitos Culposos, Gonzalo Vera Tapia, reunió información sobre lo sucedido. De acuerdo con el diario La Capital, el hecho ocurrió en una casa de Ituzaingó al 210, donde se encontraban la bebé, su madre y abuelo. En ese contexto, la nena quedó jugando con el perro y le tiró de la cola. Ante este estímulo, el animal se dio vuelta, miró a la bebé y la atacó salvajemente.
El pitbull mordió directamente a la niña en el cuello, lo que hizo imposible que la madre pudiera liberarla. A los gritos, la mujer pidió ayuda a los vecinos, que se acercaron al lugar y atacaron con palos al animal para que soltara a la beba. Cuando finalmente pudieron desprender a la menor de la boca del animal, la llevaron de urgencia a una sala de salud que queda a la vuelta del lugar, donde constataron su fallecimiento. Este martes se realizaba la autopsia, en el marco de una causa que quedó caratulada como “homicidio culposo”.
Si bien el abuelo de la víctima es el dueño del perro, el fiscal Vera Tapia explicó al diario La Capital que existe una “pena natural” que va más allá de cualquier acción que pueda realizar la Justicia: la muerte de la nieta del hombre es más grave que cualquier pena que pueda imponerle un juez. De todas maneras, el dueño del animal quedará imputado por “homicidio culposo”.
Tras haber mordido y matado a la nena, el pitbull fue llevado por personal de Zoonosis del Municipio y quedó en observación antirrábica por un plazo de diez días, justamente para evaluar si está infectado con el virus de la rabia. Una vez transcurrido ese período, se le otorga el alta clínica y los dueños deben hacerse cargo del animal, quienes deberán decidir qué hacer con él.
Según la ordenanza 22031, la raza pitbull es considerada dentro de la categoría de perros potencialmente peligrosos, por su potencia de mandíbula, musculatura, talla y “temperamento agresivo pudieren causar la muerte o lesiones graves a las personas u otros animales”. Agrega La Capital, el animal debería haber estado inscripto en el Registro Municipal Canino y su dueño tendría que haber participado de una jornada de instrucción a cargo del Centro Municipal de Zoonosis o por el Colegio de Veterinarios, en el que se les explica a los dueños de los perros potencialmente peligrosos cómo son los cuidados que deben tener. Además, el dueño de este tipo de perros debe contratar un seguro de responsabilidad civil para la plena cobertura de la indemnización por los daños y perjuicios que el perro pudiere provocar a terceros, el cual deberá ser presentado en el Centro Municipal de Zoonosis para su registro.
Fuente: Con información de DIB