
Se conocen como materiales reciclables a determinados productos u objetos a los cuales se les puede dar un provecho distinto o posterior luego de ser usados y que no siempre se limitan a ser transformados en su mismo producto.
¿Qué son los materiales reciclables?
Se les conoce como materiales reciclables a determinados productos u objetos a los que se les puede dar un uso distinto o posterior luego de ser usados, los cuales no siempre se limitan a ser transformados en su mismo producto.
También sirven para crear otro tipo de material reciclado, de ese modo, las botellas de plásticos reciclados pueden convertirse en otro material plástico como bolsas o tapas. Son recursos dinámicos que debemos reciclar y reutilizar para reducir su consumo.
Estos procesos de reciclaje generalmente se diferencian entre sí y se adaptan para cada tipo de material según su composición.
Tipos de materiales reciclables
Dentro de los materiales reciclables comunes encontramos los plásticos de botellas, bolsas, envases y contenedores. Los metales como el hierro y el aluminio, y los productos de papel o cartón, vidrios, telas, entre otros.
A su vez, existen otros tipos menos usuales, como las pilas, baterías y los electrodomésticos. De estos últimos, se llega a pensar que no pueden ser reciclados.
¿Dónde conseguir materiales reciclables?
A lo largo de la vida se usan distintos tipos de materiales reciclables, a la hora de preparar alimentos, de nuestro cuidado personal o cuando se hacen las tareas, sin ser conscientes de que se le pueden dar otros usos.
La variedad y cantidad de estos materiales nos permiten encontrarlos en casi cualquier lado: en casa, oficina, escuela, espacios de distracción, a donde quiera que vayamos nos toparemos con alguno de estos objetos reciclables.
¿Cómo separar los materiales reciclables correctamente?
Saber diferenciarlos es sencillo. Simplemente debemos almacenarlos y clasificarlos según la composición del material en su respectivo contenedor:
Contenedor amarillo:
Se utiliza para almacenar distintos tipos de plástico, entre los que podemos nombrar botellas y bolsas de plástico. Además, se usa para los materiales metálicos como las latas vacías de los alimentos procesados.
Contenedor verde:
En él se deposita todo tipo de vidrios, desde los envases y botellas de vidrios de los productos consumidos, hasta vidrios rotos.
Contenedor azul:
Cualquier clase de papel o cartón (revistas viejas, cajas de cartón).
Contenedor gris:
Contiene materiales y residuos domésticos o cualquier otro tipo de material que no encaje en otros contenedores.
Contenedor naranja:
Materiales de tipo orgánico: restos de alimentos, frutas y verduras, papel usado, entre otros. (también puede ser de color marrón).
Contenedor rojo:
Se usa para almacenar materiales como baterías o desechos fisiológicos hospitalarios (no es común encontrarlos en los hogares, escuelas y sitios públicos).
Al almacenar los envases plásticos, botellas de vidrio, latas y demás, no olvides que debés introducirlos limpios, para evitar que se produzcan gérmenes y bacterias no deseadas.
Crear el propio abono orgánico
Para realizar el compost habrá que realizar un agujero en el jardín (debe estar ubicado en un sitio que no estorbe con los quehaceres de la huerta y ser de aproximadamente 1×1 metro).
En dicho lugar se coloca la basura orgánica y se tapa con un recorte de tela o algún material como lámina de metal, que permita la entrada y salida de aire.
Luego habrá que remover los desperdicios una vez por semana, preferiblemente de adentro hacia fuera, y al cabo de cinco meses, cuanto se ve una mezcla compacta sin residuos orgánicos visibles, quedará abono orgánico listo para utilizar.