
SanCor vuelve a estar en la mira de sus acreedores. La firma Hypred Argentina S.A. convocó a un remate público para el próximo 23 de abril en el que busca subastar 43.750 kilos de queso pasta dura almacenados en la planta de La Carlota, Córdoba. Se trata de mercadería respaldada por un warrant negociado originalmente a favor de la cooperativa, que luego fue cedido al acreedor. El precio base fijado es de u$s371.875.
SanCor vuelve a estar en la mira de sus acreedores. La firma Hypred Argentina S.A. convocó a un remate público para el próximo 23 de abril en el que busca subastar 43.750 kilos de queso pasta dura almacenados en la planta de La Carlota, Córdoba. Se trata de mercadería respaldada por un warrant negociado originalmente a favor de la cooperativa, que luego fue cedido al acreedor. El precio base fijado es de u$s371.875.
Un proceso judicial que ya frenó otros remates
A principios de este año, el fondo IIG Structured Trade Finance Fund Ltd. había intentado ejecutar garantías por más de 436.000 kilos de queso -una cifra diez veces superior a la actual- valuados en casi u$s3 millones. Sin embargo, el juez del concurso, Guillermo Adrián Vales, del Juzgado Civil y Comercial de la 4° Nominación de Rafaela, rechazó esa acción y dejó asentado que no se permitirían embargos ni subastas que alteraran el equilibrio entre los acreedores.
La misma firma ya había intentado rematar otros 700.000 kilos en julio de 2024, pero entonces la cooperativa logró un acuerdo extrajudicial para frenar la ejecución.
La resolución del juez Vales fue clara: suspendió todos los procesos judiciales que tuvieran origen previo al 3 de febrero de 2025, al tiempo que habilitó la constitución de una sindicatura plural y la conformación de un Comité Provisorio de Acreedores. El objetivo, tal como explicó el magistrado en un apartado dirigido a la población, es preservar los activos de la empresa, mantener su operatividad y encontrar una solución conjunta con los acreedores.
Qué puede pasar ahora
En este escenario, la subasta impulsada por Hypred podría terminar nuevamente bloqueada si el juez considera que vulnera el marco del concurso. Según especialistas en derecho concursal, cualquier ejecución individual que afecte bienes de la empresa concursada puede ser considerada nula si interfiere con el objetivo principal del proceso: proteger el interés colectivo de todos los acreedores y garantizar la continuidad operativa de la firma.
El resultado de esta nueva pulseada judicial será clave. No solo por el volumen de mercadería en juego, sino porque puede sentar un precedente sobre cómo se manejarán los conflictos de este tipo durante los próximos meses, a medida que avance el cronograma del concurso. El 29 de mayo vence el plazo para verificar créditos y el 1° de julio se abre la etapa de impugnaciones.
La sombra de la quiebra
Con una deuda que supera los u$s400 millones y una producción reducida a mínimos históricos, la cooperativa láctea no logra salir de su laberinto. SanCor, la histórica firma del rubro lácteo, se encuentra al borde del colapso financiero y ni siquiera el concurso de acreedores que solicitó este año parece ofrecer una salida clara a su profunda crisis.
En sus años dorados, la empresa llegó a procesar hasta 4 millones de litros de leche por día. Hoy, esa cifra se desplomó a apenas 70.000 litros. En ese contexto, la planta de La Carlota -justamente donde se almacenan los quesos que ahora se busca rematar- está paralizada desde el 6 de enero. Según advierten en el sector, la suspensión de actividades podría extenderse a otras unidades productivas que hoy operan al mínimo.
En los últimos meses, SanCor despidió a unos 300 empleados en sus plantas de Córdoba y Santa Fe, alegando “razones de fuerza mayor”. La falta de liquidez llevó a la empresa a acumular deudas con proveedores, bancos y trabajadores, sumado a la retención de aportes y subsidios que generó múltiples conflictos sindicales.
La búsqueda de capital fresco fue una constante durante los últimos años, pero ningún inversor privado aceptó desembarcar en la cooperativa. La falta de confianza de los productores tamberos y las demoras en los pagos terminan por cerrar la puerta a cualquier intento de rescate. Mientras tanto, en los supermercados, los productos de SanCor desaparecieron casi por completo de las góndolas.
Hoy la gran incógnita en la industria es si la empresa podrá evitar una de las quiebras más resonantes de la historia empresarial argentina, o si simplemente se encamina a una liquidación ordenada. Sin señales concretas de reactivación ni plan de reconversión a la vista, la cooperativa más emblemática del país transita uno de los tramos más oscuros de su existencia.
Fuente: Con información de Ámbito