
Así, a esta práctica de humanización del cuidado con perros se va a integrar Ari, un chihuahua de pelo largo con un rol distinto y una impronta propia dentro del proyecto. A diferencia de Saru y Cora, cuyo trabajo se sostiene en actividades grupales, dinámicas y de juego activo, Ari desarrolla intervenciones más suaves, de cercanía y baja demanda física, adecuadas a su tamaño, su temperamento y su tipo de entrenamiento. Su presencia resulta especialmente valiosa para acompañar momentos de angustia, reducir la ansiedad, favorecer la comunicación emocional y generar un ambiente de confianza, sobre todo en niñas, niños y adolescentes que transitan situaciones sensibles o procedimientos que generan temor.
Ambos programas, el iniciado por “Las MacAnitas” con Saru y Cora, y el nuevo impulsado por la Defensoría y la UNAJ con Ari, se articulan desde una misma visión: mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes internados, integrando dimensiones emocionales, sociales, físicas y cognitivas.
Perspectiva integral
Impulsadas desde el inicio por el Director Ejecutivo Dr. Gustavo Sastre junto al Servicio de Trabajo Social, estas iniciativas consolidan una perspectiva integral del cuidado en salud, donde el bienestar emocional, el derecho al juego y la contención afectiva forman parte esencial del proceso de atención.
La presencia sostenida de ambos programas ha generado un creciente interés de otros servicios para incorporarlos, siempre contemplando el deseo de cada NNyA y evaluando el impacto positivo que estas experiencias pueden brindar durante la internación.
Así, el “Ludovica” continúa avanzando hacia un modelo de atención más humano, sensible y cercano, en el que los animales se convierten en puentes que alivian, conectan y acompañan a las infancias en los momentos más difíciles.
Fuente: Con información de DIB



