La casa propia, ese sueño que durante décadas ha sido esquivo para generaciones de argentinos, parece encontrar un atisbo de esperanza en la estabilidad inflacionaria de los últimos meses, que se mantiene entre los dos y cinco puntos porcentuales. Si bien en algunos sectores de la economía la realidad no siempre refleja los informes del INDEC, en el ámbito inmobiliario estos indicadores podrían traer buenas noticias para quienes buscan acceder a su primera vivienda. Esto se vincula con el regreso de los créditos hipotecarios, un sistema que había desaparecido por completo durante años.
A principios de 2024, algunos bancos comenzaron, de forma gradual, a ofrecer líneas de financiación ajustadas principalmente por el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este mecanismo había sido impracticable durante la última década debido a la alta inflación y las tasas de interés elevadas. Sin embargo, tras más de un año de su reaparición, los créditos siguen vigentes y, al menos en San Nicolás, las consultas han aumentado.
“De a poco, pero funcionando”
A pesar de ciertos avances y la estabilidad inflacionaria reciente, aún es difícil reunir los ingresos necesarios para concretar el proyecto de la casa propia. “Hoy son los menos aquellos que no necesitan un crédito para acceder a una vivienda”, analizó Germán Crigna, martillero público y corredor inmobiliario nicoleño, en diálogo con Cosa Cierta. En ese sentido, subrayó la importancia de la evolución del poder adquisitivo: “Lo importante en los créditos son los salarios y su evolución. Si las cuotas y los sueldos ascienden prácticamente al mismo ritmo, todo seguiría igual, sin que caigan los financiamientos. La gente tiene que tomarlo con la tranquilidad de que va a poder pagar”.
En relación con el IPC, Crigna expresó: “Si no hay un salto inflacionario ni una devaluación, los créditos no se van a ver tan afectados. Con los porcentajes actuales, no creo que haya un cimbronazo”. Según describió, el panorama local muestra una tendencia positiva: “En San Nicolás los créditos han ido de a poco, pero funcionando. Depende mucho de la persona; hay quienes se animan más y otros que prefieren esperar y ver cómo les va a otros. Lo que sí ha aumentado es la cantidad de consultas”.
Un mercado dolarizado y una variable nueva: el cepo
Al igual que en otros sectores económicos, el valor de las viviendas suele medirse en dólares. Prueba de ello fue la caída de precios entre 2018 y 2019, cuando los inmuebles bajaron hasta un 30% en promedio, una base que aún se mantiene. “No creo que los valores suban en dólares. Lo que sí puede pasar es que, con el mercado más activo, los vendedores mantengan con mayor firmeza sus precios y no acepten descuentos con tanta facilidad”, explicó Crigna.
Un punto a favor para el mercado, según el especialista, es la reciente eliminación del cepo cambiario para personas físicas. “Que no haya cepo puede beneficiar al mercado inmobiliario. Al no haber restricción para comprar dólares, quienes necesiten cancelar parte del valor del inmueble pueden hacerlo con mayor libertad”, sostuvo. Agregó también que el nuevo esquema de tipo de cambio no generaría grandes complicaciones si se mantiene en niveles similares a los actuales: “En los créditos UVA ya se estaba manejando un valor cercano a los $1300, por lo que el impacto sería mínimo”.
Alquileres firmes y baja en loteos
En cuanto al mercado de alquileres, Crigna remarcó que la necesidad habitacional sigue siendo evidente: “El mercado de alquileres de viviendas se mantiene firme”. También destacó un leve repunte en locales comerciales, principalmente en el centro de San Nicolás. En cambio, el movimiento en torno a lotes y terrenos sigue siendo escaso: “Por ahora hay poco interés en loteos. La tendencia sigue siendo consultar o comprar viviendas ya terminadas”, afirmó.
Respecto a los cambios en la legislación sobre contratos de locación, señaló que el mercado continúa con sus dinámicas habituales: “En líneas generales, el movimiento sigue igual. Los contratos se están ajustando de forma trimestral o cuatrimestral, con actualizaciones por IPC o el Índice de Contratos de Locación (ICL)”.
