
Los asentamientos humanos en todo el mundo se están desplazando cada vez más hacia el interior a medida que aumenta el nivel del mar, aunque las regiones más pobres se ven obligadas a permanecer expuestas a riesgos costeros, según una nueva investigación.
El estudio global, que analizó datos satelitales de luz nocturna de 1992 a 2019 en 1.071 regiones costeras de 155 países y regiones, reveló que el 56 % de los asentamientos costeros se reubicaron más hacia el interior, el 28 % se mantuvo en su lugar y el 16 % se acercó a la costa, según un comunicado publicado el miércoles por la Universidad Monash de Australia.
La reubicación se debió en gran medida a la vulnerabilidad y la capacidad de respuesta, explicó Wang Xiaoming, profesor adjunto de la Universidad Monash y autor principal del estudio publicado en Nature Climate Change.
“El desplazamiento hacia el interior está ocurriendo, pero solo donde la gente tiene los medios para hacerlo”, afirmó, y añadió que en las regiones más pobres, la gente podría verse obligada a permanecer expuesta a riesgos climáticos.
Los asentamientos se desplazaron con mayor frecuencia hacia las costas en Sudamérica (17,7 %) y Asia (17,4 %), destacando Oceanía por tener algunos de los asentamientos más cercanos a la costa a nivel mundial, según el estudio, divulgado por la agencia de noticias Xinhua.
Se observó que tanto las comunidades más ricas como las más pobres de la región se desplazaban hacia las costas, impulsadas por sus medios de vida o por un exceso de confianza en las infraestructuras de protección, lo que fomentaba un desarrollo arriesgado cerca de la costa, según Wang.
El estudio, realizado por la Universidad de Monash, la Universidad de Sichuan (China) e investigadores de Dinamarca e Indonesia, advierte que la reubicación tierra adentro podría volverse inevitable a medida que aumenta el nivel del mar y se intensifica el cambio climático, lo que requiere una planificación cuidadosa a largo plazo para evitar la ampliación de las brechas de adaptación costera.