El acuerdo salarial alcanzado entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras empresarias de la Rama 17 fue finalmente elevado a la Secretaría de Trabajo de la Nación. Para que tenga plena vigencia y pueda aplicarse en los sueldos, es necesario que el Gobierno lo homologue. El antecedente inmediato genera inquietud: el convenio anterior fue demorado más de dos meses.
Este nuevo entendimiento desactivó un paro nacional que ya estaba previsto en fábricas y talleres metalúrgicos. Incluye aumentos mensuales acumulativos entre abril y agosto, sumas no remunerativas por mes y una actualización del Ingreso Mínimo Global de Referencia (IMGR), que garantiza un piso de ingresos para los trabajadores incluidos en el Convenio Colectivo 260/75.
Las partes también acordaron una cláusula de revisión para septiembre. El gremio busca así mantener abierto el canal de negociación ante una economía inestable y con pérdida sostenida del poder adquisitivo.
En la ciudad de San Nicolás, el acuerdo involucra directamente a los trabajadores de la Rama 17, que agrupa a operarios del sector metalmecánico. Desde la seccional local de la UOM confirmaron que las nuevas escalas ya fueron notificadas, aunque aún no se aplican porque dependen de la homologación ministerial.
El sector siderúrgico –reunido en la Rama 21– continúa en negociaciones. Esta rama comprende a trabajadores de industrias de gran peso como Ternium. En ese frente, todavía no hay acuerdo salarial cerrado, lo que mantiene la expectativa gremial en la región.
De este modo, mientras parte del universo metalúrgico espera cobrar con aumentos, otra porción clave aún no tiene definiciones. En ambos casos, la intervención del Estado nacional será determinante para que las mejoras pactadas lleguen al bolsillo de los trabajadores.
