
El 1.º de noviembre se celebra el Día Mundial del Veganismo, una fecha que invita a reflexionar sobre los hábitos alimentarios y de consumo. En diálogo con este medio, la nicoleña Celeste Maldonado, nutricionista matriculada a nivel nacional (M.N. 8769), remarca que “el veganismo es mucho más que una elección alimentaria; es una filosofía de vida”. “Tiene que ver con una perspectiva de consumo que abarca no solo lo alimenticio, sino también la vestimenta y los productos de higiene o limpieza. En todos los casos, el objetivo es evitar la explotación y el uso del animal, ya sea de manera directa o indirecta”, explica la profesional.
En el plano nutricional, Celeste aclara que “una alimentación vegana no es sinónimo de una alimentación saludable”. Si bien se excluyen los productos de origen animal —carnes, lácteos, huevos y miel—, esto no garantiza que los alimentos elegidos sean beneficiosos para la salud. “Podemos encontrar en el mercado productos que no contienen ingredientes animales, pero que no se recomiendan para un consumo cotidiano, como las galletitas Oreo o las papas fritas”, ejemplifica.
La especialista prefiere hablar de una alimentación basada en plantas, donde el predominio está en los alimentos de origen vegetal. “Pueden excluirse por completo los alimentos animales o tener una presencia mínima. Este tipo de alimentación tiene múltiples beneficios: aporta fibra, probióticos, grasas saludables, minerales y antioxidantes, y ayuda a reducir el colesterol y las grasas saturadas”, detalla.
Entre los beneficios más importantes para la salud menciona la protección cardiovascular y la prevención de la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y de enfermedades neurodegenerativas. Además, recuerda que “la Organización Mundial de la Salud clasificó a las carnes procesadas como generadoras de cáncer colorrectal, con evidencia directa entre el consumo y la enfermedad”.
Respecto a las proteínas, Celeste señala que “es posible cubrir los requerimientos diarios con alimentos de origen vegetal”. Las legumbres son la base fundamental: “Pueden incorporarse en forma de hummus, hamburguesas, ensaladas o tofu. Son la principal fuente de proteína y deben estar presentes todos los días”.
Según la nutricionista, el interés por este tipo de alimentación creció notablemente desde 2018. “Muchas personas redujeron su consumo de carne y otras se volcaron completamente al veganismo o vegetarianismo. Además, aumentó la oferta académica: hay cursos, posgrados y estudios científicos que respaldan esta elección”, comenta.
“No creo que sea una moda —sostiene—, sino una invitación a reflexionar sobre nuestros hábitos y sobre la cultura alimentaria que heredamos”.
Celeste también subraya el impacto ambiental de la ganadería: “El documento La larga sombra del ganado detalla cómo la producción de carne contribuye a la deforestación y al daño del suelo. El 70 % de los bosques del Amazonas se ha convertido en pastizales o cultivos forrajeros, principalmente para alimentar animales”.
Por último, deja un mensaje para quienes quieren comenzar este camino: “Si se trata de niños o adolescentes, es importante acompañarlos. Que el momento de comer sea placentero y no motivo de angustia. Este tipo de alimentación es segura si se hace con asesoramiento profesional. Lo importante es informarse correctamente y no dejarse guiar por las redes sociales”.
El veganismo propone un cambio de mirada que trasciende la mesa: invita a repensar el vínculo con los animales, con el ambiente y con el propio cuerpo. Más que una tendencia, es un llamado a vivir con mayor conciencia.



