
El concurso de Vicentin entra en su recta final. Luego de más de cinco años del default, once interesados habían iniciado el camino para quedarse con la agroexportadora, pero solo cuatro grupos cumplieron con el depósito exigido por la Justicia y quedaron oficialmente habilitados para competir por el control. Así se abre ahora la etapa más determinante del cramdown, con el juez civil y comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini, decidido a definir el destino de la compañía antes de fin de año.
Entre los jugadores que siguen en carrera figuran pesos pesados del negocio agroexportador. Bunge Argentina, el trader Grassi SA, la Unión Agrícola de Avellaneda Cooperativa Limitada y el consorcio conformado por LDC Argentina junto a Molinos Agro. Cada uno abonó el canon de $1.100 millones en efectivo que fijó el juzgado como requisito ineludible para demostrar capacidad económica y compromiso serio con la operación. El pago de ese monto funcionó como un filtro clave: más de la mitad de los que se habían anotado en el pre-registro quedaron fuera de juego.
Canon y competencia depurada
Hasta hace apenas unas semanas eran once los anotados para entrar en el salvataje, entre ellos ACA, Viterra, Barbero Cereales, Bioenergías Agropecuarias, Yabitel y Atilio Marotte. Sin embargo, el canon de garantía, a depositar sin seguros de caución y en solo tres días, actuó como una barrera decisiva. Según la última resolución del juez, el 25% de esos fondos quedará afectado a cubrir gastos judiciales y publicaciones, mientras que el 75% restante se devolverá a quienes no resulten adjudicatarios, más los intereses de plazo fijo.
En paralelo, Lorenzini designó a la consultora Marinozzi-Mazzitelli & Asociados (Russell Bedford Argentina) para realizar la valuación oficial de los activos de Vicentin, tarea para la que tiene plazo hasta el 27 de agosto. Ese informe establecerá un piso económico y será la base sobre la cual se construyan las propuestas definitivas.
Qué sigue: ofertas, adhesiones y definición
El cronograma judicial prevé que tras la presentación del informe de valuación se abrirá un período de 30 días para que los interesados, y la propia Vicentin, si decide jugar su última carta, reúnan adhesiones de acreedores. El plan que logre el respaldo suficiente será el que se quede con el control de la empresa, siempre sujeto a homologación del tribunal.
También se convocará a una audiencia informativa cinco días antes del vencimiento del plazo para sumar conformidades, donde las distintas propuestas podrán exponer sus proyectos y responder inquietudes. En este proceso, las decisiones que se tomen serán inapelables, tal como dejó asentado Lorenzini, quien busca evitar nuevas maniobras dilatorias.
La pulseada final y el recurso pendiente en la Corte
Mientras tanto, la vieja conducción de Vicentin mantiene abierto un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con el objetivo de revertir el rechazo a su plan original de pago a los acreedores, que en su momento reunió las mayorías económicas necesarias pero terminó bloqueado por objeciones judiciales. No obstante, el magistrado de Reconquista recordó que esa presentación no tiene efecto suspensivo, por lo que el cramdown avanza sin freno.
Así, con un tablero de oferentes depurado y plazos procesales bien ajustados, el futuro de una de las agroexportadoras que supo ser emblema del poder sojero argentino se jugará en los próximos meses. El juez espera que antes de fin de año la novela judicial tenga finalmente un capítulo de cierre, con un nuevo controlador que asuma el desafío de sanear las cuentas y devolverle previsibilidad al negocio.
Fuente: Con información de Ámbito