
Los focos ígneos detectados esta semana frente a la costa de San Nicolás, visibles desde el Parque San Martín y otros puntos de la ciudad, reactivaron la preocupación por las quemas en las islas del delta. El biólogo Jorge Liotta, entrevistado en el programa “Es por acá”, confirmó que estos incendios no son naturales y que en la mayoría de los casos son iniciados por personas, en contextos vinculados principalmente a la ganadería extensiva.
Liotta, que hace años lleva un registro mes a mes de los incendios en el delta del Paraná, explicó que esta época del año es especialmente propicia para el fuego por la sequedad de los pastizales, la bajante del río y la falta de bañados, que en otros momentos actuaban como barrera natural. A eso se suma la intención de muchos productores de “limpiar” el terreno para favorecer el rebrote de pasto con vistas a la primavera.
En ese sentido, subrayó que agosto suele ser uno de los meses con mayor cantidad de focos ígneos en toda la región del delta, debido a las condiciones climáticas y a la estacionalidad de estas prácticas productivas.
“La probabilidad de que haya focos espontáneos es muy baja”, señaló el especialista, quien sostuvo que la simultaneidad de varios focos en distintos sectores es otro indicio de que se trata de quemas provocadas por personas. Algunas pueden ser accidentales, pero en la mayoría de los casos son intencionales y forman parte de una práctica histórica.
Aunque existen registros de prácticas de incendio en las islas desde el siglo XIX, actualmente la quema está expresamente prohibida por la legislación de Entre Ríos, donde se ubican las islas frente a San Nicolás. “No es legal prender fuego para renovar pasturas. Hay una prohibición vigente”, aclaró Liotta.
También indicó que, aunque existen mecanismos para solicitar autorización en casos muy puntuales, los focos que se ven actualmente no responden a permisos habilitados, y que quienes los inician lo hacen con pleno conocimiento de que están violando la norma.
En relación con la necesidad de sanciones concretas, días atrás el Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a tres hombres por iniciar un incendio en agosto de 2023 que arrasó 6.000 hectáreas de humedales en las Islas Lechiguanas. La sentencia, considerada histórica, impuso penas de hasta tres años y medio de prisión efectiva y fue valorada por el fiscal federal José Ignacio Candioti como un paso clave para evitar la impunidad y prevenir futuros delitos ambientales. El fallo incluyó pruebas científicas del daño a la salud y al ecosistema, y podría convertirse en un precedente disuasorio frente a nuevas quemas en el Delta.
Consultado sobre el control estatal, el biólogo comentó que existen brigadas activas intentando controlar los focos, y que incluso envió recientemente un informe del gobierno entrerriano sobre las acciones desplegadas. Sin embargo, reconoció que aún falta prevención y un abordaje más directo con los pobladores de las islas, así como un mayor compromiso en la identificación y sanción de los responsables.