Evidentemente Pablo Domingo Dastugue cuenta con un poder de seducción especial para conquistar basquetbolistas de jerarquía. El viernes en el Súper Sport Nicoleño lo contó Alejandro Ettorre, el escolta que brilló dos temporadas en Provincial de Rosario en la Liga Argentina: “Se dio todo ayer. Me empezó a vibrar el celular y era Patota. Me explicó el proyecto, los jugadores que se iban a sumar y me gustó. Por eso lo llamé a mi agente Ariel (D’Orazio), le conté a Santi López para saber su opinión y cerramos todo”. Fue el primer refuerzo impactante para el Regatas que se viene.
A Nicolás Jesús Ferreyra, Patota lo quería llevar a La Ribera la temporada pasada. Lo llamaba todos los días, lo mimaba, pero finalmente Cachorro volvió a Belgrano.
Ayer domingo cuando se cerró el acuerdo donde quedó sellado que Ferreyra vestirá la azul y naranja en el Prefederal que arranca el 16 de agosto, Dastugue tuvo revancha. Otra vez sedujo a Nico desde su arte del convencimiento. Los dirigentes resolvieron el tema contractual.
Se repite la historia de 1997. “Me acuerdo como si fuera hoy. Nico tenía 12 años y estaba jugando los Bonaerenses para Don Bosco y ese torneo yo lo dirigía para Belgrano. Parábamos en el mismo hotel, hasta recuerdo que se llamaba Ostende. Y su técnico era Eber Tarico. Obviamente que Eber estaba relacionado con Belgrano, me lo recomendó, hablamos con Nico ese día y automáticamente terminó el año calendario y se fue a jugar a Belgrano con 13 años”, recuerda Dastugue con privilegiada memoria.
Para Cachorro, Pablo es como un padre. La última vez juntos data de la 2007-08 con Belgrano en la elite (foto). Es un refuerzo que revolucionó Regatas. “Espero que lo que busca lo encuentre en Regatas, tengamos una buena temporada y el club lo disfrute”, deseó Patota, el seductor irresistible.
Fuente: Ignacio Arámburu