Países Bajos hará públicos en 2025 los 485.000 expedientes de neerlandeses sospechosos de colaborar con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, pero los temores a la reacción de las víctimas y la necesidad de proteger a familiares de los involucrados han convertido este desglose en especialmente sensible para los Archivos Nacionales.
Han pasado 80 años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y la Ley neerlandesa de Archivos exige que los expedientes penales de los “foute Nederlanders” (los neerlandeses equivocados, como los ha bautizado la prensa local) se hagan públicos el próximo año.
No obstante, al ser una información de la que Países Bajos no está orgullosa, se tomarán medidas para dificultar la búsqueda en internet de los archivos de los presuntos colaboradores nazis.
Se trata de casi medio millón de expedientes, casi cuatro kilómetros de papel, sobre neerlandeses que colaboraron o son sospechosos de haber colaborado con los alemanes durante la guerra, y su publicación es obligatoria, pero se hará con mucho más contexto del habitual y prestando atención a los familiares porque la controversia del contenido, según anunció el propio Archivo.
Los documentos incluyen fotos personales, diarios y cartas de neerlandeses que colaboraron con el enemigo nazi durante la guerra, pero también hay declaraciones incriminatorias de vecinos, amigos y conocidos, unos archivos que llevan siendo digitalizados desde 2022.
Esta documentación no será fácil de localizar, no aparecerá en los motores de búsqueda como Google, y tampoco se podrá descargar.
En 2025 solo se publicará el primer cuarto de los archivos en internet, según recoge el nuevo plan conjunto del Archivo Nacional, el Instituto de Estudios de Guerra, Holocausto y Genocidio (NIOD), la fundación WO2NET (dedicada a la historia de la guerra) y el Instituto Huygens de Historia de Países Bajos.
“Los primeros expedientes que vamos a publicar en internet serán los casos más graves. Asumimos que ya se sabe bastante sobre ellos y, por lo tanto, tendrán un menor impacto. También vamos a proporcionar más contexto, como ‘¿cómo debes entender este archivo?’, porque es un archivo muy complejo”, señaló Edwin Klijn, líder del proyecto, en la radio pública NOS.
Esta decisión se ha tomado después de conversaciones con un consejo ético que han formado las instituciones involucradas en el proyecto, y que ha incluido tanto a las víctimas de la guerra como de familiares de miembros del Movimiento Nacional Socialista de Países Bajos (NSB).
“Las conversaciones a veces fueron difíciles. Hemos escuchado el impacto que ha tenido la afiliación de alguien al NSB en una familia y lo que significa que un archivo así se haga público”, señaló Klijn.
Al mismo tiempo, según el líder del proyecto, han hablado con los familiares de las víctimas, quienes consideran “muy importante que esto esté disponible de la manera más abierta posible”, dijo Klijn, que definió estos archivos como “una colección con un trasfondo y carga emocional” y debe abordarse de “una manera humana”.
Además, subrayó que la lectura de estos archivos necesita de un “manual de uso” porque “hay todo tipo de declaraciones, de un vecino, sobre quién hizo qué, y a veces, tampoco es verdad porque las personas tienen diferentes razones para declarar algo, y eso se debe explicar” y dejar claro que son declaraciones de testigos, no siempre “la verdad absoluta”.
Sin embargo, la asociación Consulta Judía Central (CJO), que representa los intereses judíos ante el Gobierno neerlandés, no está contenta con este resultado.
“La comunidad judía lleva ochenta años esperando respuestas. Los archivos finalmente se iban a abrir, y ahora hay otra demora. La gente quiere saber quién mandó a sus abuelos a la cámara de gas. El país tiene derecho a conocer su propia historia”, dijo el vicepresidente de CJI, Hans Weijel.
Admitió que esto puede ser un momento tenso para los familiares de los colaboradores nazis, “pero que quede claro: nadie puede evitar que su padre o abuelo haya sido un traidor a la patria, es absurdo que por esta razón haya otro retraso”, señaló.
Aseguró, además, que ahora, en “tiempos de creciente antisemitismo”, es importante publicar estos documentos para “aprender de la historia” porque “esas son lecciones que ahora se pueden usar para la educación”.
El 1 de enero se publicarán las primeras ocho millones de páginas, y el resto se completará poco a poco, y con cuidado, hasta 2027. “Este no es un archivo cualquiera“, advierte Klijn.
Justo después de la liberación, se estimaba que había unos 20.000 niños del NSB en Países Bajos.
Fuente: Con información de EFE