
En diálogo con “La Primera Mañana”, Griselda Puebla, científica del CONICET, brindó detalles sobre el hallazgo de una flor fósil denominada Estelula meridionalis, descubierta en San Luis, cerca de la Sierra de las Quijadas. Se trata de un fósil floral de 113 millones de años, lo que la convierte en la flor más antigua de Argentina y la segunda más antigua de Sudamérica. La más antigua fue hallada en Brasil.
La investigadora explicó que el hallazgo se produjo en un pedregal donde se extraía piedra laja, y que forma parte de una colección de fósiles que vienen recuperando desde hace años. “Antes de hacerlo público recopilamos una cierta cantidad de evidencia, y cuando la reunimos coincidimos en que había que publicarlo. Así surgió la ‘estrellita del sur’, que en realidad se llama Estelula meridionalis, que significa eso en latín”, relató.
“Es un hallazgo importante porque es la flor más antigua del país y la segunda del continente”, afirmó Puebla, destacando que se trata de un descubrimiento que fue replicado en revistas científicas internacionales.
La doctora detalló que el trabajo en campo no es sencillo: “Es muy difícil visualizarlo. En este caso fuimos a una sierra donde se extrae piedra laja. Lo que se ve es como un paquete de rocas tipo hojaldre. Extraemos un bloque, lo laminamos, y ahí está preservado el fósil vegetal”.
Entre los restos encontrados, el equipo del CONICET también halló peces e insectos, que al igual que los vegetales, aparecen como carbonizados: “Por lo tanto se ven oscuros”, explicó. Este grupo de científicos argentinos, que estudia la evolución de las plantas, busca entender cómo fue el pasado para imaginar los posibles escenarios del futuro. “Ya habíamos publicado hace algunos años unas hojas fósiles, que sabíamos eran de angiospermas —plantas con flor—. Eso fue en 2009 o 2010, y después fuimos encontrando más restos”, agregó.
“En mi tesis doctoral había publicado que había encontrado unas florcitas, pero no teníamos suficiente material para confirmar qué eran, hasta que tuvimos el hallazgo de esta flor conectada a las hojas. Entonces tuvimos más información y dijimos: es momento de publicarlo”, recordó.
Finalmente, la científica subrayó que el hallazgo fue más abundante de lo que esperaban: “Encontramos más de veinte flores dispersas, o sea, sueltas, lo cual es muchísimo. No es común encontrar tantas flores fósiles de la misma especie”.