Atrás van quedando los días grises, fríos, si bien el invierno ha finalizado a lo mejor sin ser extrema posiblemente las bajas temperaturas nos sorprendan en alguna ocasión, pero la factura tan temida de gas ya nos dará un respiro.
¡Empezó la Primavera! Y a juzgar por las opiniones está entre las estaciones favoritas en todo el globo
A partir de ahora pareciera que los colores son más brillantes, la gama es más amplia, hay una explosión de aromas, de flores y también de estados, ya que todo aumenta, pero en esta ocasión hablo de otros aumentos, según el presidente la inflación está bajo control
Hay mayor cantidad de horas de sol, la luz se vuelve más intensa, aumenta la temperatura y además hay alteraciones en la presión atmosférica y la humedad, y todo este cambio y amento también impactan en nuestra mente, con lo cual podemos establecer una relación entre la primavera y el cerebro.
Es sabido que el cerebro es muy sensible y todas estas variaciones climáticas generan impacto. Para algunos el proceso de asimilación se da con facilidad y es casi imperceptible, para otros, estos cambios son paulatinos y están aquellos que lo viven de forma más traumática.
El aumento de la luz por la incidencia de la radiación del sol y de la temperatura impacta en hormonas, neurotransmisores y en consecuencia en estados emocionales. Esa explosión de energía, alegría, vitalidad, de deseo sexual y de realizar actividades se debe a diversas sustancias químicas que parecieran entrar en acción con la llegada de la primavera.
¡Liberación y aumento!
Se libera oxitocina, conocida como la hormona del amor y aumenta el deseo sexual; la serotonina mejora el estado de ánimo; la dopamina está relacionada con el placer y las feromonas, secretadas a través del sudor, aumentan la atracción.
Todo este combo de sustancias es el que condiciona ciertas conductas: mejora el humor, aumentan las actividades al aire libre y también el deseo, hay ganas de socializar, entablar vínculos y hasta mejorar los existentes.
No todos lo pasan bien en estación, ya que se dan cuadros de astenia primaveral. Dolor de cabeza, cansancio y fatiga muscular, falta de apetito, alteraciones en el sueño, irritabilidad, falta de motivación, problemas de concentración, tristeza inexplicable, son algunos de los síntomas.
Este desfasaje físico y emocional exige que el cuerpo y la mente deban reprogramarse. La modificación horaria, como consecuencia del aumento de las horas de exposición al sol están en estrecha relación con la melatonina, encargada de regular el sueño y responsable de este síndrome primaveral de poca duración.
La primavera es como un envión que da impulso para transitar el último tramo del año. Es un tiempo para observar la naturaleza y entender que todo es un ciclo y que tal vez es el momento de recuperar los deseos y anhelos que han invernado e intentar empezar a concretarlos a pesar de que el contexto, más allá de la belleza de la primavera, puede resultar un tanto adverso.
Fuente: Por Guillermina Rizzo (para La Nueva)