El escándalo desatado por la visita de seis diputados libertarios a represores condenados por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza causó una profunda crisis en el bloque de La Libertad Avanza, que culminó con la renuncia de la diputada Lourdes Arrieta, quien denunció haber sido engañada para asistir al encuentro. Los videos de la polémica reunión, publicados por el diario Clarín y el canal A24, añadieron más leña al fuego, evidenciando la laxitud en los controles de seguridad y la tensión interna dentro del bloque.
El 11 de julio pasado, los diputados Beltrán Benedit, organizador de la visita, Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo, Alida Ferreyra, Rocío Bonacci y Lourdes Arrieta llegaron a la Unidad 31 del penal de Ezeiza en una combi oficial de la Cámara de Diputados. Los esperaban figuras emblemáticas del terrorismo de Estado de la década del 70, como Alfredo Astiz y Raúl Guglielminetti, entre otros. La controversia estalló cuando se conoció una fotografía de los diputados, sonrientes junto a los represores, a excepción de Bonacci, quien se negó a posar.
Arrieta, quien se hizo famosa por usar una hebilla de patito en el Congreso, presentó una denuncia penal en la que aseguró que fue engañada sobre el propósito de la visita, creyendo que se trataba de una misión humanitaria. La diputada, que declaró no conocer a Astiz por haber nacido en 1993, participó de la reunión y posó para la fotografía con los represores, lo que generó un profundo malestar en la opinión pública y en su propio bloque.
Los videos publicados muestran a los diputados libertarios ingresando al penal a las 14.30, sin pasar por el detector de metales, lo que fue señalado como una irregularidad en la denuncia de Arrieta. La reunión con los represores se extendió por casi dos horas, durante las cuales las diputadas Arrieta y Bonacci, quienes posteriormente se distanciaron de la visita, fueron captadas saliendo acompañadas por un oficial a un patio donde se encontraron con una gata que merodeaba por la cárcel. Finalmente, el grupo abandonó el penal pasadas las 18.00, retornando a Buenos Aires en la misma combi oficial.
El impacto de la visita generó pedidos de expulsión para los seis diputados involucrados y una crisis interna en el bloque de La Libertad Avanza, que desembocó en una explosiva reunión el 21 de agosto, marcada por gritos y empujones. Arrieta, visiblemente afectada, acusó a sus compañeros de amenazas y denunció haber recibido presiones para participar en la visita. El fiscal Sergio Mola solicitó desestimar la denuncia de Arrieta, calificándola de “pueril”, pero pidió investigar las condiciones en las que se produjo la visita al penal.
Finalmente, el 27 de agosto, Lourdes Arrieta renunció al bloque de La Libertad Avanza antes de ser expulsada, creando su propio monobloque “Las Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal”. En medio de este turbulento escenario, el Gobierno negó que la visita a los represores forme parte de la agenda del presidente Javier Milei, mientras que la vicepresidenta Victoria Villarruel, en medio de sus tensiones con el entorno presidencial, encabezó un acto en el Senado reclamando justicia para las víctimas de las organizaciones guerrilleras de los años 70, añadiendo una nueva capa de controversia a un tema que sacudió al Congreso.
Fuente: Con información de La Noticia